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En el contexto de la reciente publicación del borrador para la revisión del PNIEC, aunque en fase de consulta pública y seguramente mejora, uno de los grandes retos para la descarbonización de nuestra economía es el sector industrial y de la edificación, que son los sectores que más energía consumen, un 40 % en Europa, y los principales emisores de gases efecto invernadero, 36%, debido principalmente a la utilización de combustibles fósiles para los procesos de calor y térmicos.

Por lo tanto, uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la industria y el sector de la edificación es la ingente inversión necesaria en tecnologías de descarbonización como son: el autoconsumo y las comunidades energéticas, la electrificación del calor (como la aerotermia, las bombas de calor para edificios y bombas de calor industriales), en ambos casos con el apoyo de nuevas inversiones en almacenamiento, la eficiencia energética, la economía circular (reutilización de calor y frío residual) y otras fuentes renovables como los gases renovables (biometano e hidrógeno), biomasa y la termosolar para calor industrial.

La implementación de las soluciones anteriores está suponiendo y va a suponer al mismo tiempo inversiones intensivas en capital, que en algunos casos pueden necesitar de un cierto nivel de incentivos como subvenciones, Fondos Next Generation, PERTEs o desgravaciones fiscales, para alcanzar la tasa mínima de rentabilidad que compense el esfuerzo asociado al relativamente elevado coste de la inversión inicial; pero también nuevas fórmulas eficientes de gestión y financiación de dichas inversiones como los modelos _As a Service _(MaaS), que se vienen demostrando como exitosos para estos fines, pero cuya fuerte expansión se hace necesaria en mayor medida.

Con estos modelos MaaS, se pone de manifiesto un necesario cambio de mentalidad, donde las empresas pasan de ser propietarias de los activos y/o instalaciones energéticas a comprar soluciones energéticas descarbonizadas a Empresas de Servicios Energéticos (ESE o ESCO en denominación anglosajona) o terceros especializados, que se encargan de la inversión y su financiación, garantizan su rendimiento, asumiendo igualmente su operación y mantenimiento en el medio y largo plazo.

Las ventajas de estos modelos MaaSson múltiples, pero se pueden resumir en los siguientes aspectos:

En primer lugar, los clientes finales consumidores de energía que compran As a Service dichas soluciones energéticas, además de posicionarse como un agente proactivo en el proceso de transición energética, pagan la inversión a través de sus gastos operativos y, en muchos casos, con un ahorro significativo, ya sea por eficiencia energética y/o ahorros añadidos, en su caso, por disminución de emisiones.

La combinación en un solo contrato del diseño, construcción y/o instalación, junto con su operación y mantenimiento, y la garantía de su posterior rendimiento por la ESE o dicho tercero altamente especializado, es una fuente significativa de sinergias y economías de escala, que junto con una equilibrada pero efectiva transferencia de riesgos desde dicho cliente final a la ESE o tercero redunda en una mayor eficiencia económica para ambas partes a lo largo de la vida útil de la instalación.

Igualmente, la inversión, si la estructuración es adecuada, podría no computar en el balance del cliente, lo cual es una ventaja para las empresas interesadas en mantener bajos sus ratios de apalancamiento financiero.

Este atractivo para ambas partes debe contribuir a la aceleración de dichas inversiones y su financiación.

Como conclusión, el alto compromiso por la descarbonización y la carrera de fondo para llegar a las cero emisiones netas en 2050, suponen un reto y una apuesta para las empresas que operan en estos sectores. En este sentido, si bien las soluciones tienen que ser múltiples, una adecuada utilización, diseño y estructuración de este tipo de contratos MaaS permitirá, por un lado, a las empresas consumidoras de energía acceder a soluciones energéticas que les ayuden en la descarbonización a precios y costes competitivos y, por otro, a los inversores y financiadores tradicionales y alternativos desarrollar negocios atractivos en términos de rentabilidad-riesgo, generando este win win un mayor recurso a los modelos _As a Service _para acelerar las necesarias inversiones en descarbonización.

Por Jaione Aguirre, Senior Manager de Transición Energética e Infraestructuras Sostenibles de BDO Financial Advisory España.

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