La adopción acelerada de nuevas formas de trabajo y de gestión de equipos han puesto de relieve la importancia de la comunicación y de la transparencia como palancas fundamentales para generar confianza y compromiso con las organizaciones y los cambios a los que éstas se enfrentan. La reducción de mandos intermedios ha dado paso a estructuras más planas, con menos jerarquías y mayor contacto entre altos cargos y sus equipos, aumentando la eficiencia y agilidad en la toma de decisiones. Asimismo, la proactividad a la hora de definir y desarrollar una estrategia adaptada a la actual situación de incertidumbre y cambio permanente, así como la flexibilidad para reorientar algunas de las áreas de negocio hasta alinearlas con los intereses actuales del sector, está siendo un importante reto para los directivos de las principales organizaciones.
Un ejemplo lo encontramos en la aprobación de paquetes de estímulos como el Next Generation EU – fondo europeo para la recuperación – que supone una atractiva oportunidad para el sector por ser la transición energética uno de sus ejes vertebradores. Los directivos que sean ágiles identificando los principales puntos de interés de dichos paquetes, que faciliten la labor de sus equipos a la hora de proponer fórmulas de acceso y proyectos concretos para su implementación, y que sean suficientemente flexibles a la hora de colaborar con otros agentes – públicos o privados – serán los que consigan guiar a sus organizaciones en el camino hacia el éxito.
Por otro lado, la irrupción de nuevas tecnologías dentro del sector está haciendo que multitud de organizaciones se lancen a explorarlas a través del desarrollo de nuevas líneas de negocio. El hidrógeno verde, la eólica marina o el almacenamiento de energía son algunos de los nichos que más interés están despertando dentro del sector. El principal reto para los líderes está en ser capaces de identificar el verdadero potencial de cada uno de ellos, priorizando el llegar mejor preparados – y no los primeros – cuando la tecnología sea suficientemente madura.
Además, la Responsabilidad Social Corporativa se ha convertido en un aspecto prioritario para las compañías del sector energético, cuyo respeto deben asegurar sus directivos. Sabemos de la necesidad de una gran cantidad de energía para la obtención de hidrógeno verde a partir de agua. La sociedad podría preguntarse: ¿Se puede asegurar en la actualidad el consumo de energías exclusivamente renovables por parte de los electrolizadores necesarios para dicho proceso? ¿Cuál es el verdadero nivel de aceptación de los parques eólicos offshore en las comunidades locales en las que se promueven? ¿En qué condiciones se obtienen los materiales que componen las baterías de almacenamiento de energía y hasta que punto es el usuario final conocedor de las mismas? Está en manos de los directivos actuar con transparencia y con ejemplaridad para abordar los aspectos de su negocio que puedan resultar más controvertidos de forma que cuenten con un respaldo mayoritario por parte de la sociedad.
En cuanto a los desafíos dentro del ámbito de los recursos humanos, los directivos se enfrentan al objetivo de mejorar las condiciones laborales de sus empleados en un momento en el que la cercanía en el trato personal, la confianza y el reconocimiento se muestran como factores clave para lograr su satisfacción. Conceptos como el Psychological Safety – que los miembros del equipo se sientan seguros, aceptados y respetados – están cada vez más presentes en las agendas de las principales organizaciones del sector. De esta forma los directivos se aseguran de que sus empleados sean ellos mismos y den su mejor versión en pro de los intereses de la organización.
El último Barómetro de Badenoch + Clark sobre Managers y Directivos en España identificó otro desafío que los líderes de las principales organizaciones también ven como prioritario: la escasez de talento adecuado a sus necesidades. Encontrar, atraer y retener talento en un momento de gran dinamismo en el sector energético se presenta como una labor compleja, dado el amplio abanico de oportunidades profesionales que el sector ofrece. Aquellos directivos que pongan las habilidades blandas por encima de las habilidades duras y que abracen a los profesionales que provengan de otros sectores para aportar un valor diferencial a sus organizaciones, serán los más eficaces a la hora de estructurar sus equipos para enfrentarse a los nuevos retos que el sector plantea.
Jaime Sánchez Saralegui es Principal – Technical Practice en Badenoch+Clark del Grupo Adecco
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