Este martes se celebra en toda Europa el archiconocido Día Sin Coches. En Madrid, aparte de montarse una buena de tráfico tras cortar varias calles al mismo como la Gran Vía, se ha celebrado bajo una boina de contaminación de considerable tamaño.
La imagen tomada desde un décimo piso refleja la capa gris con la que los madrileños viven prácticamente a diario, a excepción de cuando llueve y limpia un poco la atmósfera. Pero a los tres días ya vuelve a estar montada.
La decisión de cortar el tráfico por el centro de la ciudad ha conseguido por un lado que en la almendra madrileña se pueda pasear sin mucho ruido, pero el resto de la ciudad se ha convertido en un caos. Por cierto, que cuanto más tráfico y más parones, más se contamina. A lo mejor habría que pensarse bien lo de cortar el tráfico porque a los madrileños no les da por dejar el coche en casa.
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