El gobierno marroquí acaba de designar a la Oficina Nacional de Agua y Electricidad (ONEE, siglas en francés) para gestionar, junto al consorcio internacional liderado por Siemens, los cinco parques que conforman el Proyecto Eólico Integrado (PEI).
Según señala el diario "Le Matin", la ONEE (organismo que depende directamente del rey) asumirá el 30% del capital en las estaciones de Midelt (centro), Jebel Lahdid (suroeste) y Tánger II, y el 10% en el caso de Tiskrad y de Bujador, estas dos últimas en territorio del Sáhara Occidental.
Estos cinco parques entrarán progresivamente en servicio a partir de 2019, hasta totalizar una producción anual de 850 megawatios, equivalentes al consumo de la "Gran Casablanca", el mayor conjunto urbano de Marruecos con cerca de 4 millones de habitantes.
El PEI es uno de los dos grandes proyectos energéticos del país, junto al desarrollo de las plantas solares, con los que Marruecos quiere romper su dependencia energética de las energías fósiles (importadas en su totalidad) y alcanzar un 42% de consumo de energías limpias en 2030.
El conjunto de los cinco parques solares fue adjudicado al consorcio formado por Siemens y Nareva (empresa incluida en el holding de la familia real marroquí), que desbancaron sin sorpresas al proyecto presentado por la española Gamesa junto a la saudí Acwa Power.
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