El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, ha anunciado este lunes que el Grupo Popular en el Congreso de los Diputados registrará en los próximos días una proposición de ley para ordenar cualquier posible cierre de centrales para evitar políticas “no competitivas”.
De esta manera, el Gobierno echa para atrás el Real Decreto con el que pretendía llevar a cabo esta norma, y acudirá al Congreso para que se tramite, tal y como contó este diario hace semanas.
En un desayuno informativo organizado por Heraldo de Aragón en Zaragoza, el ministro ha confiado en el diálogo con los grupos parlamentarios esta normativa, con la que pretende evitar la “tentación” de los operadores de cerrar centrales con el objetivo de subir los precios.
La proposición de ley está concebida para recoger las recomendaciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) al decreto ya elaborado por el Gobierno, entre las que destaca la de dotar de rango de ley a la normativa.
Está ahora, por tanto, a la espera de la posición del resto de grupos, porque “una cosa es predicar y otra, dar trigo”, ha apuntado.
Nadal ha defendido que, si el hipotético cierre de una central puede distorsionar el mercado, “se pueda parar”.
En cuanto a la política energética general, ha reiterado que hay que “evitar correr demasiado”, como cree que hizo el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que con “prisa” puso la ideología sobre el elemento práctico desarrollando renovables de forma previa al desarrollo total de estas tecnologías.
No obstante, ha asegurado que las renovables van a ser el “centro” del sistema y que deberán incrementar su peso entre un 27 y un 35 por ciento, pero no pueden ser la energía “base” porque no son las que están siempre “sí o sí”.
En este sentido, ha apostado por mantener el mix energético, en el que la nuclear, el gas y el carbón suponen un 20 por ciento cada una, dejando el resto a las renovables.
Estas primeras son las únicas que pueden dar servicio en cualquier momento, especialmente en las “puntas”, con la nuclear como la más barata, la que no lanza emisiones de CO2, pero que sí que genera residuos difíciles de eliminar; el carbón como la segunda más barata, aunque la más contaminante; y el gas, que es la más cara y emite CO2, si bien en menor medida que la anterior.
Por tanto, según el ministro, la manera de contener las emisiones de CO2 a la atmósfera y no disparar los precios es mantener este mix siempre que las centrales sean eficientes y rentables, dado que de lo contrario la energía podría subir entre un 38 y un 65 por ciento.
Así, ha recalcado que las centrales térmicas de carbón son “imprescindibles” en tanto no haya cambios en el mercado mundial del gas y, en ese sentido, la de Andorra (Teruel) es “necesaria para el sistema”, ya que tiene el suministro cercano y es competitiva y rentable, aunque ha dejado claro que su mantenimiento no depende exclusivamente del Gobierno, sino también del resto de reguladores.
Lo mismo ha dicho de la central térmica de Compostilla, en Galicia, o de las nucleares de Almaraz o Vandellós, que si se cerrarán “subiría el precio de la luz”, por lo que en este caso se da una “coincidencia plena de los intereses generales de España con los locales”.
Eso sí, Álvaro Nadal ha subrayado que no habrá ayudas directas, prohibidas por la normativa comunitaria, pero que el carbón sí que es necesario y que en ello trata de ir “lo más rápido posible” el Ejecutivo, con un “esfuerzo final” que deberá venir impulsado por la proposición de ley que se presentará próximamente.
Sí que ha reconocido, sin embargo, una “cierta hostilidad” de la UE hacia el carbón, cuyas ayudas es un capítulo “más que cerrado” en Bruselas, si bien ha separado lo relativo a la energía de lo de la minería y ha insistido en que prescindir ahora de esta fuente sería “costosísimo”.
El ministro también ha hablado del resto de competencias de su cartera, como es la agenda digital, que ha lamentado que no se haya colocado entre las “prioridades” del país, como sí ocurre en el resto de Europa; y del turismo, aunque se ha mostrado menos preocupado en este ámbito por los buenos resultados cosechados por España, que ha pasado a ser segunda potencia mundial y primera en competitividad.
1 comentario
Portugal no tiene nuclear, y tiene los mismos precios que España.
Por cierto, tampoco impuesto ni trabas al sol.