Como se preveía, la comparecencia en la Eurocámara del candidato a la Comisaría de Acción por el Clima y Energía se convirtió en un pim pam pum de la izquierda española y Los Verdes contra el exministro del Gobierno de Rajoy. El pasado político, empresarial y declarativo de Miguel Arias Cañete ha estado permanentemente presente a lo largo de toda la audiencia ante la Eurocámara, que endureció su presión por los múltiples conflictos de interés del exministro. Arias Cañete vendió a mediados de septiembre su participación en dos pequeñas empresas del sector petrolero, Dúcar y Petrologis. Ni su mujer ni su hijo figuran ya en los consejos de administración de esas empresas. Pero los eurodiputados han cargado una y otra vez por ese flanco, por la presencia de su cuñado, Miguel Domecq, en esas dos compañías.
En los últimos tiempos numerosos políticos han pasado por la prueba de fuego del Parlamento para convertirse en comisarios. El de Cañete no fue el examen más sencillo: los eurodiputados han cargado con dureza por varios frentes. Por sus intereses empresariales, por la rectificación de última hora de su declaración de intereses ante la Eurocámara, para incluir retribuciones del PP y por las políticas del Gobierno de Rajoy, que ha reducido las ayudas a las energías renovables, y que contrastan con los objetivos europeos y su declaración de principios, que inicialmente descuadró un poco a Los verdes, al afirmar que “mi principal prioridad es que Europa lidere el sector de renovables”. También fue presionado por su apoyo al fracking mientras estuvo en el Ejecutivo español, e incluso por sus polémicas declaraciones sexistas en la campaña europea, por las que el candidato pidió disculpas en varias ocasiones.
Arias Cañete ha sabido mantener el tipo. Ha podido hacer gala de su conocimiento de idiomas y ha podido presentar las líneas maestras de su política: renovables, pero también activismo contra el cambio climático y, sobre todo, la necesidad de reducir la dependencia energética con Rusia. Todo eso, sin embargo, ha quedado en segundo plano. La mitad de las preguntas han sido variaciones sobre el mismo tema: “Usted ha insultado a las mujeres, ha vendido precipitadamente acciones de empresas, ha modificado a última hora su declaración. ¿Es moralmente apto para la Comisión?”, ha espetado la socialista Iratxe García. Cañete ha negado la mayor: “No he vendido precipitadamente nada; no tengo conflictos de interés. Y no he ocultado nada; como presidente del comité electoral del PP no cobraba salario sino gastos de representación, que declaré al fisco”. Queda por ver siesta respuesta es suficiente para calmar los ánimos encendidos de sus adversarios políticos. Y eso es algo que se sabrá en las próximas horas.
Juan
02/10/2014