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Ping Monitor, el ‘estetoscopio para turbinas eólicas’ que podría ahorrar a la industria 500 millones

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Un invento australiano, descrito como un 'estetoscopio para turbinas eólicas' podría ahorrarle a la industria de la energía eólica hasta $ 500 millones en costos de mantenimiento. El Ping Monitor, desarrollado por la empresa de Australia del Sur Ping Services, puede monitorear el rendimiento de las turbinas eólicas e identificar el desarrollo temprano de fallos físicos potencialmente dañinos en las palas de las turbinas.

El Ping Monitor está conectado magnéticamente a las torres de las turbinas eólicas y "escucha" los sonidos creados dentro de la turbina mientras funciona, como un estetoscopio. Mediante el uso de algoritmos complejos desarrollados por Ping Services, el monitor puede identificar cambios en los sonidos acústicos creados por el funcionamiento de la turbina, que pueden indicar daños u otros cambios en las estructuras de la turbina.

Cuando el dispositivo detecta una anomalía en el funcionamiento de una turbina, los equipos de mantenimiento reciben una alerta a través de un tablero, lo que acorta el tiempo que se tarda en detectar un daño en una turbina y permite que los equipos realicen reparaciones antes de que se produzcan daños más costosos.

Los inventores de la tecnología creen que podría reducir los costos de mantenimiento y reparación en el sector de la energía eólica hasta en 500 millones de dólares al año.

Una versión anterior de Ping Monitor había funcionado como una solución 'a medida' para proyectos de parques eólicos individuales y requería mucha mano de obra. Sin embargo, la empresa ha lanzado la versión de próxima generación del monitor, que incluye una fuente de alimentación autónoma y equipo de comunicaciones, lo que permite un funcionamiento autónomo.

El dispositivo también permite el monitoreo continuo del estado de la turbina eólica, algo que actualmente se realiza de manera intermitente a través de inspecciones con drones, que pueden realizarse con meses o años de diferencia.

El desarrollo de una versión de la tecnología para el "mercado masivo" ya se ha completado y, después de ser probada en el campo durante más de 12 meses, Ping ahora está buscando oportunidades de exportación para implementar el dispositivo de detección de fallos a gran escala. "Si mañana recibimos un pedido de 1.000 monitores Ping de segunda generación, podríamos completarlo", dijo el CEO Matthew Stead.

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