España y el mundo entero está viviendo una transformación. Un cambio significativo del modus vivendi que quiere apostar por una mayor electrificación con energías limpias para sustituir los combustibles fósiles, lo que se llama proceso de descarbonización de la economía.
Durante este proceso el precio de la luz en España se mantendrá bastante alto, al menos hasta 2030, incluso que puede que más allá.
El recibo de la luz que pagan los españoles ya es el tercero más caro de toda la Unión Europea, solo por detrás de Dinamarca y Alemania, el más alto de toda la región. Y lo va a seguir siendo. Solo hay que mirar cómo se estructura la factura que pagan los consumidores españoles.
Hay varios términos que marcan el paso. Uno, el de la energía, que es la electricidad que se compra y vende en el mercado mayorista y eso aproximadamente es el 35% del precio final que pagan los consumidores.
Luego están los impuestos. Entre IVA, Impuesto Especial a la Electricidad (más su correspondiente IVA), Impuesto al Valor de la Producción de Energía Eléctrica, etc. El Estado (incluidas CCAA) se llevan más de 11.000 millones de euros todos los años gracias a la factura de la luz. Si quieren tener más detalle les dejo este artículo sobre los impuestos a la electricidad, titulado Si la luz es cara, ¡bajadle los impuestos!
https://elperiodicodelaenergia.com/si-la-luz-es-cara-bajadle-los-impuestos/
Y luego están los costes del sistema. Ahí existen dos partidas, las más grandes, que tardaremos muchos años en pagarlas y serán las que harán, junto a los impuestos, si no se tocan, o mejor dicho, quitan, los españoles seguirán pagando una luz bastante cara.
Estas partidas son la amortización de la deuda del sistema eléctrico y las primas a las renovables, cogeneración y residuos.
Deuda del sistema
A 31 de diciembre de 2018 la deuda del sistema eléctrico español asciende a 18.851 millones de euros, según los datos de la CNMC. Es lo que se llama la gran hipoteca del sistema eléctrico. Como esta deuda está titulizada, realmente se paga a través de la factura una cantidad mayor, ya que hay que pagar los intereses. Los bancos y los fondos son los principales financiadores de esta deuda. En total, tocarían pagar más de 21.100 millones de aquí al 31 de diciembre de 2028, casi 10 años.
Para entenderlo mejor, dos gráficas. La primera de ellas contabiliza la deuda total más los tipos de interés a pagar en los distintos tipos de deuda acumulada en el sistema.
JOSE MARIA SANCHEZ-BARBA GOMEZ
07/05/2019