El investigador de la Institución Oceanográfica Scripps de San Diego, California, de 71 años, es uno de los científicos más relevantes en su aporte al conocimiento de las causas del calentamiento global, ya que desveló que además del dióxido de carbono existen otros gases de enorme poder para alterar el clima de la tierra.
Hasta 1975 sólo se atribuía al CO2 esa capacidad, pero, ese año, una investigación de Ramanathan puso de manifiesto que los gases clorofluorocarbonos (CFCs), hasta entonces solo asociados a la destrucción de la capa de ozono, también contribuían al calentamiento de la atmósfera.
Sus mediciones demostraron que una tonelada de CFCs atrapa tanto calor en la atmósfera como diez de CO2, y permitieron descubrir que junto a estos gases, existen otros causantes del cambio climático como el metano, el ozono y los hidrofluorocarbonos (HFCs), que precisamente sustituyeron a las CFCs en los frigoríficos porque no impactaban en la capa de ozono.
En años posteriores, Ramanathan y otros investigadores detectaron que estos otros gases -menos abundantes que el CO2 pero entre 25 y 4.000 veces más potentes- son responsables del 45% del efecto invernadero atribuible a la acción humana.
Ramanathan también fue pionero en el estudio del impacto que tienen las partículas contaminantes que se quedan en suspensión en el aire en el cambio climático, desvelando que influyen notablemente en la temperatura.
Para la investigación del efecto de estas partículas en suspensión puso en marcha experimentos sin precedentes a gran escala, desarrollando una flota de vehículos aéreos no tripulados (precursores de los actuales drones) que siguieron en el Pacífico a una de las nubes gigantes de contaminación que se generan en Asia.
Su experimento demostró que las partículas de hollín o carbón negro que contienen esas nubes contaminantes ejercen también un potente efecto invernadero, y aceleran el deshielo de los glaciares del Himalaya.
El papel de Ramanathan, quien hoy se mostraba "profundamente agradecido" por este galardón y porque una fundación española "reconozca el cambio climático como una amenaza global", no se limita a alumbrar conocimiento sobre uno de los mayores desafíos del planeta sino también a promover soluciones para combatirlo.
Además de a la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, pertenece a la Academia Científica Pontificia y ha sido una de las voces decisivas del mundo de la investigación en asesorar al Papa Francisco, para su reciente Encíclica ambiental, en que la lucha contra el cambio climático y la pobreza deben ir de la mano.
Conocedor de que la contaminación del aire por hollín en Asia proviene de la quema de combustibles poco eficientes en las cocinas, como heces del ganado, el científico ha puesto en marcha en su país el Proyecto Surya -que en sanscrito significa sol- para implantar cocinas limpias y lámparas de energía solar en hogares que no tienen acceso a la energía.
Ramanathan, quien ha confesado que empezó a interesarse en las causas del cambio climático hace 40 años porque intuyó que "se convertiría en la mayor amenaza para la humanidad", es un científico de soluciones y hoy no ha dejado de hablar de ellas en sus conversación con los periodistas.
Ha recordado que, al permanecer menos en la atmósfera, reducir los otros gases contribuyentes al cambio climático, al margen del CO2, tendría un impacto positivo mucho más rápido.
El científico ha remarcado que "sólo reduciendo el CO2 no lograremos" el objetivo del Acuerdo del Clima de París y ha subrayado que reducir las emisiones de metano en 50 %, las de hollín un 90 % y dejando de usar los HFCs en 2030 lograríamos reducir un 50 % el cambio climático previsto para los próximos 35 años.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios