Se dice que en España se ha hecho una burrada con el sector fotovoltaico. Es cierto, sobre todo por la retroactividad. Pero en Reino Unido no se han quedado cortos tampoco a la hora de poner trabas a la energía solar, en general, y al autoconsumo, en particular.
Los planes del Gobierno de May pasan por imponer desde el próximo abril un impuesto al sol (ellos lo denominan Sun Tax) que hará imposible el poder autoconsumir energía eléctrica para un negocio en Reino Unido.
De este impuesto al sol, al menos se salvan los autoconsumidores domésticos, pero colegios, hospitales, etc, se verán afectados. También el IKEA. Cualquier instalación fotovoltaica que un negocio se haya puesto en su tejado.
Hay varias excepciones, como algunas instalaciones en suelo agrícola o en ONG caritativas. Pero la gran mayoría, a pagar.
Da igual que sea nueva o lleve instalada varios años. A partir de abril todos tendrán que pagar el nuevo impuesto al sol.
Y ¿por qué ha decidido hacer esto el Gobierno británico? La Administración May está totalmente convencida de que se ha creado una burbuja de energía solar fotovoltaica en Reino Unido.
Para ello, ya realizó un recorte a los subsidios que dejó tiritando al sector. Por eso se impulsó el autoconsumo. En Reino Unido hay más de 23.000 instalaciones fotovoltaicas en los tejados de las empresas. Instalaciones entre 10 kW y 5 MW de potencia instalada.
Y eso que es el Reino Unido. Por ello, el Gobierno quiere frenar esta burbuja. Y no se le ocurre otra cosa que crear un 'impuestazo al sol'.
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