El Reino Unido piensa en tener su propio sistema de derechos de emisiones de CO2. El Gobierno británico ya está trabajando para establecer un sistema de comercio de emisiones de carbono (ETS) posterior al Brexit que espera se vincule con el esquema existente de la UE a partir de enero de 2021, dijo la ministra de Energía, Claire Perry, en el Parlamento.
Gran Bretaña es el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero en Europa y sus servicios e industria se encuentran entre los mayores compradores de permisos en el ETS de Europa, que cobra a las centrales eléctricas y fábricas por cada tonelada de dióxido de carbono (CO2) que emiten.
Si Gran Bretaña abandona la Unión Europea con un acuerdo, tiene la intención de permanecer en el ETS de la UE hasta el final de la actual fase comercial a cierre de 2020, cuenta la agencia Reuters.
A partir de 2021, la preferencia sería que Gran Bretaña tuviera su propio esquema que se vincule con el ETS de Europa, dijo en el Parlamento.
Las discusiones formales sobre la vinculación aún no se han iniciado, pero Perry dijo que confiaba en que se alcanzaría un acuerdo. “La UE quiere que nos incluyamos en esto, ya que somos un gran proveedor de liquidez”, dijo.
El Gobierno de Theresa May lanzará una consulta sobre sus planes en abril y trabajará en la configuración de los sistemas necesarios para que un plan nacional comience a partir de enero de 2021.
En el corto plazo, bajo un escenario de no acuerdo, el Gobierno dijo en octubre que introduciría un impuesto de emisiones adicional establecido en 16 libras (18,6 euros) por tonelada a partir del 1 de abril de 2019.
El impuesto podría eventualmente ser reemplazado por un esquema comercial en el caso de un Brexit sin acuerdo, dijo Perry, aunque sería menos probable que se vincule con el esquema de la UE.