La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha celebrado la decisión del Fondo Soberano de Noruega (el mayor fondo de pensiones del mundo) de desinvertir en petróleo y gas y apostar por las energías renovables, al tiempo que confía que al país nórdico España le resulte atractivo y ofrezca confianza suficiente para invertir.
Ribera considera en declaraciones a Europa Press que la decisión adoptada por unanimidad este jueves en el Parlamento noruego de que el citado Fondo soberano desinvierta unos 13.000 millones de dólares (11.513 millones de euros) en empresas de petróleo, gas y carbón es "importantísima" y supone una "transformación importantísima del sistema financiero y una transformación importantísima de las decisiones de inversión", que espera que llegue a "buen puerto".
En este contexto, observa que la decisión noruega es "la más importante del fondo soberano" y supone una desinversión de su capital invertido hasta la fecha en combustibles fósiles y la habilitación a inversión directa en proyectos renovables y no solamente a empresas debidamente cualificadas.
De este modo, añade que la apuesta de Noruega "directamente" por las energías renovables "en gran medida" en países industrializados que están desplegando "todo un proceso de cambio en su sistema energético".
"Confiemos en que nuestro país tenga capacidad para resultar atractivo y suponer confianza suficiente como para que parte de esa reinversión sea destinada a nuestro territorio", ha deseado.
Ribera ha ahondado en las consecuencias de la decisión nórdica y considera que esto pone de manifiesto que hay "una voluntad clara" de los grandes inversores a medio y largo plazo de "cambiar, de integrar, razonablemente" el riesgo climático en sus decisiones.
De ese modo, admite que ese riesgo, "hasta hace relativamente poco" no contaba con una capacidad de análisis que descontara el efecto negativo en las cuentas de aquellos que se habían decidido por apuestas que generan costes y que probablemente tengan que asumir cambios de regulación "muy importantes" si se quiere cumplir con lo que "todos" los Gobiernos se han comprometido a hacer en el marco del Acuerdo de París.
Por ello, ve que la decisión "más importante" del fondo soberano está "perfectamente en línea" con lo que ha ocurrido ya con otros gestores de fondos europeos como BNP o Amundi, que han anunciado su plena compatibilidad con el Acuerdo de París el 1 de enero de 2020 y el 1 de enero de 2021, respectivamente.
"Estamos ya viviendo una transformación importantísima del sistema financiero y una transformación importantísima de las decisiones de inversión que esperemos llegue a buen puerto y debidamente ordenada", ha concluido la ministra.
Este jueves, el Parlamento noruego aprobó y ratificó por unanimidad ordenar al Fondo de pensiones del Gobierno de Noruega, el fondo soberano más grande del mundo, que desinvierta unos 13.000 millones de dólares (11.513 millones de euros) en empresas de petróleo, gas y carbón.
En concreto, el legislativo noruego ha dictado al Fondo soberano que venda unos 7.500 millones de dólares (6.642 millones de euros) de 150 empresas de petróleo y gas y que se desinviertan miles de millones --que Bloomber cifra en unos 5.800 millones de dólares (5.136 millones de euros)-- en empresas de carbón, que extraen unos 20 millones de toneladas de carbón al año. Así, la suma de desinversión en petróleo, gas y carbón supera los 13.000 millones de dólares.
Además, se ha autorizado al Fondo a invertir hasta 20.000 millones de dólares (17.713 millones de euros) en energías renovables, lo que supone el 2 por ciento del total, principalmente en proyectos eólicos y solares en los mercados ya desarrollados.
El Fondo soberano noruego tiene una inversión que alcanza el 1,3 por ciento de todas las empresas que cotizan en bolsa en todo el mundo, por lo que los expertos consideran que esta decisión afectará a todos los mercados internacionales. Parece que supondrá la mayor desinversión en combustibles fósiles y la mayor inversión en energías renovables hasta la fecha.
El Ministerio de Hacienda de Noruega justifica la decisión en la necesidad de reducir la vulnerabilidad de la riqueza común del país a un descenso permanente del precio del petróleo, mientras que la decisión sobre energías renovables forma parte de una estratega de inversión.
En el caso del carbón, la apuesta pasa por fortalecer la política acordada en mayo de 2015 "centrada en motivos éticos", según el Ministerio. Estas propuestas cuentan con el apoyo de todos los partidos, por lo que tras su tramitación parlamentaria, se implantará empezando por el Norges Bank.
En concreto, el Parlamento recomienda una inversión inicial en renovables de hasta 14.000 millones de dólares (12.399 millones de euros), aunque el máximo real es superior al 2 por ciento del fondo, que es de más de 20.000 millones de dólares (17.713 millones de euros).
El Ministerio de Hacienda ha analizado que el valor del mercado mundial de infraestructuras de energía renovable crecerá casi un 50 por ciento, de 2.900 millones de dólares (2.568 millones de euros) en 2017 a 4.200 millones de dólares (3.720 millones de euros) en 2030, impulsado principalmente por las nuevas adiciones de capacidad de energía solar y eólica. Esta medida supondrá un gran impulso para estas inversiones.
Noruega es el tercer mayor exportador de gas del mundo y su economía está basada en el petróleo. Su Fondo de Riqueza Soberana, de un billón de dólares, es el mayor del mundo, con acciones en más de 9.000 empresas.
El fundador de 350.org, Bill McKibben, considera que en cuanto a petróleo y gas esta es "casi seguro" la "mayor desinversión hasta la fecha" y el hecho de que provenga de personas "profundamente experimentadas" en la industria petrolera deja claro que "el dinero inteligente está huyendo del sector, por razones tanto morales como financieras". "Pero es una clara señal de que el trabajo de decenas de miles de activistas en todo el planeta está dando sus frutos", ha valorado.
Por su parte, la directora de Divest Invest, Clara Vondrich, ha asegurado que "Noruega se acaba de convertir en el campeón indiscutible del movimiento divest-invest: A diferencia de otros fondos masivos que se han comprometido a desinvertir sólo en carbón, Noruega entiende que el creciente riesgo climático también requiere una forma de desinversión de las compañías de petróleo y gas".
Además, añade que Noruega, más allá de aislar su cartera contra la inevitable y permanente caída del precio del petróleo, pone en conocimiento de la industria de los combustibles fósiles que "el dinero inteligente" está en las energías renovables.
"El compromiso histórico de Noruega de invertir miles de millones de dólares en proyectos solares y eólicos es sólo una muestra de lo que vendrá cuando los inversores se desprendan del pasado e inviertan en el futuro", concluye.
Turbomotor2000
13/06/2019