Los presidentes de Canarias, Paulino Rivero, y el de Repsol, Antonio Brufau, han mantenido una reunión este lunes en la que ambas partes no han sacado nada en concreto. Las posiciones continúan enfrentadas. Uno porque la petrolera abandone las prospecciones y el otro porque los beneficios para España, en general, y Canarias, en particular, son altos además de hacer seguro el proyecto.
El presidente canario anda a la desesperada por conseguir que Repsol no explore en aguas del archipiélago. Hace pocos días se reunía con Isidre Fainé y Manuel Manrique, presidentes de La Caixa y Sacyr respectivamente, accionistas mayoritarios de la petrolera para intentar parar el proyecto. No obtuvo una respuesta favorable. El negocio es el negocio.
Este lunes se ha visto, tras más de dos años, con Antonio Brufau, y el resultado ha sido parecido. Repsol no cede. Quiere ver si hay petróleo o gas en la gran bolsa de hidrocarburos que hay en aguas canarias. La petrolera, en voz de Brufau, le ha reiterado a Rivero que el proyecto se hará con la mayor de las seguridades. Rivero se juega mucho en esto. Puede perder las elecciones y se agarra a este clavo ardiendo como si le fuera la vida en ello.
Al ministro Soria no puede ni verlo. Rivalidad canaria. Ahora el presidente de los isleños quiere que Rajoy tome cartas en el asunto. Rivero exige que el presidente del Gobierno "asuma el rol que le corresponde".
"Hay cosas que no se resuelven dejando correr el tiempo, el tiempo aquí corre en contra. Cada decisión que se tome es un mayor revulsivo a la contestación social en Canarias", ha alertado.
Ante esta situación, Rivero ha pedido formalmente una entrevista con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y ha anunciado que si las prospecciones son finalmente autorizadas pedirá en los tribunales la suspensión cautelar por riesgos "irreparables" al medioambiente.
Beneficios
Por su parte, el presidente de Repsol ha asegurado a Rivero que se van a poner todos los medios para garantizar que el proyecto es "absolutamente seguro" y que no habrá "ningún tipo de problema medioambiental y de derrames ni de nada que se pueda parecer", como hace Repsol en todas partes del mundo y en este caso "si cabe un poquito más" por tratarse de Canarias.
El presidente de Repsol también le ha subrayado a Rivero la importancia que tendría el proyecto para España y Canarias, porque de tener éxito en las exploraciones -el porcentaje de éxito oscila entre el 15% y el 20%- se haría una inversión de entre 13.000 y 14.000 millones de euros.
Además ha repetido que si lo que se encuentra es petróleo supondría para España el 10% de su consumo anual en un periodo de entre 10 y 20 años, y si se tratase de gas supondría una entrada "muy importante" de esta fuente de energía para Canarias.
Las posiciones siguen muy enfrentadas aunque la reunión, eso sí, se ha mantenido bajo los parámetros del respeto mutuo. Ha habido cordialidad pero poco más. Ahora Rivero tirará uno de sus últimos cartuchos en La Moncloa.
Todo esto en el día en que Soria aseguró que Canarias se beneficiará con hasta 400 millones de euros al año si las prospecciones de Repsol resultaran existosas. A lo que Rivero ha contestado diciendo que se trata de una maniobra para "desviar la atención". Lo dicho, no se pueden ni ver.
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