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Sin embargo, desde la Asociación de Representantes del Mercado Ibérico para la Electricidad (ARMIE), queremos romper una lanza a favor del actual diseño del mercado mayorista y de los agentes que en él participan.

En contextos tan convulsos de precio, es normal que se produzcan noticias sensacionalistas, pero debemos mirar y juzgar al mercado en todo su conjunto, y no solo por un momento concreto, pero

¿por qué estamos sufriendo unos precios de energía tan altos?

En primer lugar, hay que analizar qué está moviendo el mercado mayorista, es decir, el análisis de las variables fundamentales que intervienen en la formación de precios, en concreto, hay tres dinámicas que explican de manera clara los elevados precios mayoristas que estamos soportando: (i) el propio mix energético y cuál es la tecnología de respaldo que cubre la variabilidad de las renovables, que en el caso español es el gas; partiendo de este punto (ii) la recuperación económica global es innegable en precios de petróleo y de gas, con China y Japón importando de manera particular enormes cantidades de gas, y por último (iii) el precio del CO2 se ha disparado en los últimos meses como consecuencia de una mayor actividad en centrales de carbón en algunos países de Europa y, de forma más macro, como respuesta a una ambición verde y de transición a energías renovables acelerada a nivel político por la propia Unión Europea, (iv) la moratoria renovable en nuestro país y los retrasos en la tramitación administrativa de proyectos está emitiendo una señal de retraso en la entrada de renovables.

En segundo lugar, entender que el mercado ibérico de electricidad, está dentro del mercado interior de la electricidad a nivel europeo, y se rige por sus normas, incluyendo entre ellas el diseño del mismo, siendo este marginalista, por lo que el uso de este sistema no depende únicamente de España o Iberia, sino de toda Europa. Así, este diseño solo puede modificarse si viene de Europa y la regulación debe respetar al máximo los esquemas y soluciones recomendados a nivel europeo, evitando particulares y exenciones temporales.

Como es sabido, en un mercado marginalista, el precio queda definido por la valoración del último MWh necesario para cubrir la totalidad de la demanda. Aquí se podría abrir un debate técnico-económico sobre qué sistema de mercado (marginalista, pay as bid) es el más adecuado, o incluso si no debe existir un mercado y debemos tender a una tarifa regulada. Sin entrar en grandes detalles, la última opción anularía todo tipo de iniciativa, innovación y desarrollo tecnológico que no estuviera subvencionado, viéndose la transición energética fuertemente debilitada justo en un momento en el que se necesitan grandes inversiones, tanto públicas como privadas, en I+D+I. Así, partiendo de la base de que es necesario que exista un mercado, el mercado marginalista es el único que garantiza la eficiencia en el despacho de energía, y que hace que todas las tecnologías recuperen sus costes de inversión (no solo los variables), permitiendo el desarrollo de un mix energético más robusto. No obstante, este diseño de mercado no es perfecto, y debe ir acompañado de otros mecanismos, como los mercados de capacidad, el apoyo económico-institucional adicional para acelerar la sustitución de energías contaminantes, el favorecimiento de la competencia y el aumento de liquidez de los mercados a plazo.

Una vez expuestos los fundamentes y aclarado que el mercado marginalista, aunque imperfecto (como todos) es el más adecuado, podemos concluir que las dinámicas internacionales de los mercados de gas y de CO2, junto con las propias dinámicas de los mercados marginalistas y la relativa baja disponibilidad del recurso renovable de estos meses, explican de manera clara y sin sesgos el escenario actual, en el que, por cierto, España no difiere de manera muy material de sus colegas europeos. Además, mercados con cada vez mayor presencia renovable deben estar abiertos a asumir este tipo de vaivenes y volatilidades derivadas del contexto fundamental que rodea al mercado.

¿Existe entonces alguna solución o paliativo para frenar esta escalada de precios?

Desde ARMIE defendemos siempre acciones no intervencionistas con el mercado, pues todo lo que lo distorsione, no hará otra cosa que mandar señales erróneas a los inversores, creará inseguridad jurídica e ineficiencias que terminarán perjudicando, como siempre, al consumidor final. Siendo prioritario la mejora a todos los niveles de la tramitación administrativa de nuevos proyectos renovables, que tras el 1 de julio pasado, parece someter 170 nodos a una nueva moratoria de plazo indefinido asociada a la convocatoria de concursos regulados.

Desde nuestra opinión, las medidas a tomar deben ir encaminadas, principalmente, a la revisión de la fiscalidad, el favorecimiento de la competencia, el aumento de liquidez de los mercados a plazo y un calendario definido a largo plazo de subastas de renovables para ordenar en el tiempo la integración de la futura nueva capacidad renovable en el país; sin olvidar otros puntos más técnicos, pero no por ello menos importantes, como mejorar diseños de futuras reglas del mercado y procedimientos de operación en el sistema en lo referente a los desvíos, ya que con un mix fundamentalmente renovable, la gestión de la garantía del suministro se complica,  o introducir mejoras operativas de cara a la implementación de los contratos que deriven de futuras subastas de renovables. Diseños necesarios para adaptarse a la normativa europea del mercado interior de la electricidad.

Consideramos que debe dejarse actuar al mercado de manera que se lancen señales de certidumbre, robustez y solidez a los diferentes agentes que participan en el mismo.

Belén de la Fuente es presidenta de ARMIE

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