La compañía eléctrica alemana RWE obtuvo un beneficio neto atribuido de 9.091 millones de euros en el conjunto de los nueve primeros de 2019, frente a los 'números rojos' de 65 millones de euros del mismo periodo del año anterior, por el impacto de la venta de Innogy a E.On.
El abultado cambio en el resultado neto se corresponde con unos ingresos extraordinarios de 9.791 millones procedentes de Innogy. Esa cifra únicamente se ha registrado en términos contables, ya que el acuerdo con E.On fue un intercambio de activos y no implicó efectivo.
"RWE es rentable en términos operativos y tenemos una base de capital muy sólida. Nuestras finanzas nos han puesto de nuevo en una posición de registrar crecimiento, sobre todo en el negocio de energía renovable, donde tenemos perspectivas formidables", ha subrayado el director financiero de la empresa, Markus Krebber.
Los ingresos netos alcanzaron los 9.107 millones de euros entre enero y septiembre, un 6,2% menos. Por segmentos de negocio, la división de 'trading' facturó 6.892 millones de euros, un 7,6% menos, mientras que el área de energía nuclear y de carbón ingresó en 771 millones de euros, un 5,2% menos. La cifra de negocio del segmento de generación eléctrica en Europa se situó en 562 millones de euros, un 14,8% menos.
Con respecto a los gastos, el coste de los materiales fue de 7.067 millones, lo que equivale a un descenso del 5%, al tiempo que la masa salarial avanzó un 5,1%, hasta 1.532 millones de euros. El impacto de la depreciación y la amortización escaló hasta 1.090 millones de euros, un 61,7% más.
Entre julio y septiembre, el beneficio neto atribuido de la energética se situó en 8.261 millones de euros, frente a los 'números rojos' de 227 millones del mismo periodo del año anterior, también por el impacto de la venta de Innogy. Los ingresos, en cambio, cayeron un 29,2%, hasta 2.142 millones de euros.
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