El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, participa este viernes en la sesión del Consejo Europeo determinado a que su última propuesta para intentar rebajar la factura eléctrica sea aprobada por los Veintisiete, y considera que la llave que puede facilitar el consenso es el aval de Alemania.
Las reformas en el mercado energético son el principal asunto de la segunda y última sesión de la cumbre de la Unión Europea, que Sánchez no quiere abandonar sin haber conseguido un acuerdo que permita a España y Portugal actuar por su cuenta sin perjudicar al resto de estados miembros.
Ese es el planteamiento con el jefe del Ejecutivo español acudió a esta reunión después de constatar en su gira por varios países europeos previa a la cumbre que su plan inicial, más ambicioso, no podría aplicarse al menos de inmediato ya que se necesita más tiempo.
Por tanto, tal y como dijo Sánchez el jueves al inicio del Consejo, su intención es que los socios europeos permitan que haya instrumentos específicos para la Península Ibérica por su particularidad de "isla energética".
Sin embargo, esa petición choca con las reticencias de varios países y, entre ellos, Alemania.
Fuentes del Gobierno de Olaf Scholz afirman ser conscientes de los problemas específicos de España y Portugal, pero temen que un acuerdo que les permita actuar a ambos en el mercado energético perjudique a otros países.
Se trata de un argumento que rechaza España, ya que desde el Gobierno recalcan que precisamente por su condición de "isla energética" (las interconexiones de su mercado energético con el europeo no llegan siquiera al 3%), pueden adoptar decisiones que no afectarían al resto de socios.
La propuesta de Sánchez consiste en que la UE permita a España y Portugal, de forma temporal, poner un precio máximo para las centrales de ciclo combinado, que transforman la energía térmica del gas natural en electricidad.
Más allá del debate general en el seno del Consejo, el Gobierno español está manteniendo contactos con el alemán para hacerle ver que permitir una actuación específica a la Península Ibérica no daña al resto de socios.
El aval de Alemania interpretan que ayudaría a eliminar las dudas que mantienen también otros países, entre ellos Holanda.
La intención de Sánchez es que las conclusiones de la cumbre recojan explícitamente la posibilidad de actuar mediante un procedimiento de urgencia que podría estar aprobado en breve.
El presidente del Gobierno asiste a la reunión de Bruselas después de que su Ejecutivo haya llegado a un acuerdo esta madrugada con parte del sector del transporte que incluye una rebaja de 20 céntimos por litro en el combustible hasta el 30 de junio.
Pero entre los firmantes del acuerdo no están los organizadores de la huelga de transporte que se prolonga ya durante once días.
Sánchez no hizo declaraciones a su llegada a la sede del Consejo, pero en un mensaje previo en su cuenta de Twitter calificó el pacto de "un gran acuerdo" que supondrá la inyección de más de mil millones de euros.
"Desde el Gobierno trabajamos sin descanso, tanto en España como en la Unión Europea, para mitigar los efectos de la guerra. Seguimos", añade.
En las imágenes de los prolegómenos de la cumbre se vio a Sánchez conversar con los primeros ministros de Grecia y Chipre, Kyriakos Mitsotakis y Nicos Anastasiades, respectivamente, mientras leían un documento.
También mantuvo una conversación con el primer ministro de Portugal, António Costa.
Fuentes españolas admiten que la posición de Sánchez ante la necesidad de un acuerdo en materia energética en la UE puede hacer que la cumbre se alargue más horas de lo previsto.
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