Royal Dutch Shell fue un partícipe destacado en la protección de México contra los bajos precios del petróleo en 2017. Es la primera vez que una empresa participa en el programa de cobertura de materias primas más grande del mundo.
El gobierno de México gastó 1.000 millones de dólares comprando opciones de venta, los cuales le dan el derecho a vender a un precio determinado, para lograr asegurar un precio de 38 dólares por barril, en promedio, en su canasta en el apartado de exportación para el año que viene.
La participación de Royal Dutch Shell es la primera conocida de una petrolera desde que México empezó a fijar sus precios de forma regular desde hace 15 años.
La participación de actores que no pertenecen al sector financiero, se abrió gracias a la mayor regulación y la salida de algunos bancos en las negociaciones de materias primas.
El jefe de unidad de crédito público de la Secretaría de Hacienda, Alberto Torres se negó a dar los nombres de las contrapartes. Sin embargo, argumentó que México está en busca de nuevos socios "que sean sólidos, que puedan manejar su propio riesgo de una manera eficiente y que estén en el mercado cada día. En los últimos años, el número de contrapartes participantes ha crecido".
México ha destinado mil millones de dólares de su fondo de estabilización de ingresos presupuestarios con el fin de garantizar que el gobierno recibirá 42 dólares por cada barril por ingresos petroleros el próximo año.
El gobierno hará una propuesta al congreso sobre el presupuesto del país para 2017, la cual se basa en un precio de 42 dólares por barril. Si los precios se mantienen en los niveles actuales, México recaudará 3.000 millones de dólares en 2016.
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