La presidenta de la Comisión Europea (CE), Úrsula von der Leyen, trabaja con los países miembros en la idea de "constituir reservas estratégicas comunes de gas" y realizar "compras comunes de gas", después de la mala experiencia de este invierno con el aprovisionamiento ruso y las tensiones políticas con Moscú.
En una entrevista publicada este viernes por el diario económico francés Les Echos, Von der Leyen hace un repaso de todo lo que se ha hecho y se está haciendo para que la Unión Europea (UE) pueda hacer frente a una eventual crisis de aprovisionamiento de gas, cuyos precios se han disparado en parte también por la tensión geopolítica entre Rusia y Ucrania.
Teniendo en cuenta que cerca del 40 % del gas que se consume en la UE procede de Rusia, cuenta que la CE trabaja en la utilización de nuevas fuentes de energía y que acaba de lanzar "una alianza energética estratégica" con el presidente estadounidense, Joe Biden, y el lunes próximo en Washington hay "una cumbre sobre la energía".
Además, hay planes de cooperación a largo plazo con otros productores de gas, y en particular con Noruega, pero también con Catar, Azerbaiyán y Egipto: "Europa quiere y ofrece fiabilidad".
La presidenta del Ejecutivo comunitario cuenta que la compañía estatal rusa Gazprom está cumpliendo con sus contratos, pero "lo mínimo" y mantiene un comportamiento "extraño" porque, al contrario que otros operadores, que aprovechan el tirón de la demanda y que los precios se han puesto por las nubes para aumentar los envíos, no lo está haciendo.
Es más, constata que durante el verano y el otoño, los depósitos de gas no se llenaron como se hacía habitualmente, y eso sobre todo por Gazprom, que así "siembra dudas sobre su fiabilidad".
Ante la posibilidad de un conflicto entre Rusia y Ucrania, considera: "Tenemos que trabajar con todas nuestras fuerzas para una distensión de la situación actual y al mismo tiempo posicionarnos mejor para el futuro".
De ahí que esté abordando la posibilidad de constituir reservas comunes y compras mancomunadas, que eran algunas de las ideas que defiende España para actuar sobre el mercado de la energía para intentar intervenir en la escalada de precios del gas, que tiene consecuencias directas sobre los precios de la electricidad.
A mediados de diciembre, la CE incluyó en el paquete de medidas legislativas para descarbonizar el mercado europeo del gas la posibilidad de que los socios comunitarios unan fuerzas de manera voluntaria para comprar gas.
De acuerdo con el proyecto planteado entonces por Bruselas, que debe negociarse con los Estados y con el Parlamento Europeo, estas compras solo se podrían hacer si hubiera cortes en el suministro y los países que quisieran participar habrían de avisar antes al Ejecutivo comunitario, que supervisaría si no contraviene las normas europeas sobre energía o sobre ayudas de Estado.
La Comisión Europea también sugería reforzar el almacenamiento de gas a escala europea mediante un enfoque "más estratégico" que supondría que los países evalúen de forma continua sus reservas y que hubiera obligación de mantener un nivel mínimo de gas o la organización de subastas.
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