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Abengoa: un año de concurso a la espera del rescate de la SEPI

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Doce meses después de que Abengoa pidiera, de forma voluntaria, la declaración de concurso de acreedores para su matriz, el futuro de la multinacional sevillana continúa en el aire a la espera de que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) resuelva su petición de rescate.

Según han informado a Efe fuentes conocedoras de la negociación, aún se desconoce cuándo la SEPI resolverá este apoyo, por 249 millones de euros, solicitado, en principio, para la filial operativa Abenewco 1, que aglutina los activos más valiosos y la actividad de la matriz.

Sin embargo, hace unas semanas, el organismo, a raíz del veredicto de sus consultoras, PKF Attest y Grant Thornton, dictaminó que Abenewco 1 no era elegible, porque incumplía varias de las condiciones establecidas para acceder al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas.

Entre otros inconvenientes, no estaba al corriente de pagos de obligaciones tributarias o ante la Seguridad Social a cierre de 2019.

Por tanto, de concederse la ayuda, el dinero tendría que ir destinado a sus seis filiales: Abengoa Energía, Abengoa Agua, Abengoa Solar, Abener Energía, Inabensa Instalaciones y Mantenimiento, y Abengoa Operación y Mantenimiento.

De ese dinero también depende el éxito de la operación con el fondo estadounidense TerraMar Capital LLC, que tras la presentación del concurso el 22 de febrero de 2021, propuso adquirir el 70 % de Abenewco 1.

Aun así, las mismas fuentes explican que el Consejo de Administración de Abengoa sigue trabajando para atraer el interés de un inversor industrial, a poder ser de origen español.

Una oferta seria, de tales características, podría agilizar una valoración positiva por parte de la SEPI, lo que permitiría que la financiación entrara antes del 30 de junio, cuando concluye la "moratoria concursal" impulsada por el Gobierno ante la pandemia.

DEL PRECONCURSO AL CONCURSO

Seis años antes de que el juzgado de lo Mercantil número 3 de Sevilla declarase su insolvencia, Abengoa ya se había visto abocada a un preconcurso que, de haber seguido su cauce, habría sido la mayor quiebra de la historia de España, con 9.000 millones de deuda bruta financiera y deudas a proveedores superiores a los 5.000 millones.

Los problemas volvieron en 2019, cuando la empresa registró un patrimonio negativo neto de 388 millones, debido al gasto por deterioro que registró sobre su participación en Abengoa Abenewco 2, lo que la colocó en causa de disolución.

Tras meses de negociaciones para tratar de refinanciar su deuda y reestructurar el grupo, la matriz entró en concurso cuatro días después de que no se llegara a firmar el acuerdo con la banca, por 230 millones, por la negativa de la Junta de Andalucía a aportar 20 millones.

LA ETERNA ESPERA

A partir de su suspensión de pagos, la mayor en España desde la recesión de 2008, los esfuerzos de Abengoa han buscado conseguir el apoyo de la SEPI, a la que recurrió el pasado marzo.

A esa ayuda se le tendrían que sumar otras del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (Cesce), así como la entrada en su capital de TerraMar.

La resolución del expediente es vital para que pueda ejecutarse la oferta vinculante de TerraMar, vigente hasta el próximo jueves, tras varias prórrogas.

A esta propuesta hace alusión la administración concursal de la compañía en su reciente carta a los inversores, en la que defiende que "de obtener la adhesión y participación de los acreedores financieros y proveedores y la conclusión favorable de la solicitud de apoyo público, permitirá una solución de viabilidad integrada".

De hecho, el informe anual de 2020, remitido al mercado a comienzos del pasado diciembre, reconocía que "la viabilidad, o más bien la posible salida convenida del procedimiento concursal" dependían, en gran medida, "de los avances en la gestión de la citada oferta".

Para la administración concursal, "mantener la continuidad de las operaciones" de Abengoa SA "pasa por una solución de viabilidad para el grupo", y es que "solo en este escenario podrán asegurarse mecanismos de liquidez que permitan un nivel de recuperación de créditos aceptable para los acreedores".

LA OFERTA

Aunque, en un primer momento, OHLA también mostró su interés por hacerse con Abenewco 1, la de TerraMar es hoy la única oferta vinculante que existe sobre la mesa.

La propuesta inicial consistía en proporcionar 150 millones en forma de préstamo y 50 millones en aportación de capital a esta filial. Una vez cumplidas estas condiciones, Abenewco 1 realizaría una ampliación que suscribiría TerraMar por 60 millones para hacerse con el 70 % de su capital social.

Con el trascurso de los meses, la oferta ha mantenido la misma estructura, si bien ha modificado la combinación de los importes de préstamo e inyección de capital, manteniendo un total de 200 millones.

Eso sí, aclaran las fuentes consultadas, cualquier desembolso de TerraMar sería posterior a la entrada de fondos de la SEPI, cuya tardanza podría estar condicionada, entre otros motivos, por los recelos del Gobierno a conceder una ayuda millonaria a una empresa que quedaría en manos de capital extranjero.

Con el plazo a punto de expirar, las citadas fuentes apuestan por una nueva prórroga de la oferta, como ya sucediera a comienzos de año, ya que TerraMar cuenta con un incentivo de 450.000 euros que recibiría en caso de que finalmente se eligiese a otro competidor.

LA COMPAÑÍA

A pesar de las adversidades, Abengoa apela a su resiliencia, con un volumen de ventas que supera los 1.000 millones y un "pipeline" u oportunidades comerciales con fecha de resolución en los próximos doce meses de unos 20.000 millones.

El grupo ahora presidido por Clemente Fernández, líder de la plataforma de minoritarios AbengoaShares, que aglutina el 21,4 % de la compañía, cuenta además con casi 11.400 trabajadores en sus centros, repartidos por 34 países de todo el mundo.

Un reportaje de Sara Muñoz para la Agencia EFE.

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Un comentario

  • Alan Brendan

    21/02/2022

    Todo esto es una gestión de Javier García Carranza Benjumea, que es quién esta ejerciendo una administración de hecho en Abengoa , desde que fue contratado en 2015 por el banco Santander para echar a su tío Felipe Benjumea de la presidencia. Un acto irresponsable e ilícito, consentido por la errática Ana Patricia Botín, que llevó a Abengoa a la quiebra mientras el Santander la lleva expoliando estos 7 años.
    Y todavía quiere más….el dinero de la Sepi iría para sus arcas directamente, y no para salvar Abengoa, como ha pasado con todo el dinero de Abengoa en los últimos 7 años. Corrupción denunciada en los tribunales mediante una querella de los accionistas a Gonzalo Urquijo y consejo.

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