Todo el mundo habla de Donald Trump, el recientemente nombrado candidato del partido republicano a la Casa Blanca en las próximas elecciones presidenciales de EEUU. Trump no es un amante de las energías renovables, es más, incluso se podría decir que existe un proyecto de un parque eólico marino que le saca de sus casillas.
Se trata del parque que va a construir la sueca Vattenfall en Aberdeen, en la costa escocesa, de 92,4 MW de potencia instalada. El problema que tiene Trump con este proyecto es que está cerca de unos terrenos suyos en esta localidad donde hay también un campo de golf. Y Trump no quiere que se lleve a cabo el parque porque afea las vistas de sus clientes y de los que serán propietarios de las viviendas que tiene proyectadas en esa zona. Cree que el negocio ya no será el mismo.
El candidato republicano ya intentó paralizar el proyecto vía judicial, pero en diciembre el Tribunal Supremo del Reino Unido desestimó su recurso y dio luz verde al parque.
Ante esta decisión judicial, esta semana Vattenfall ha asegurado que va a invertir casi 320 millones de euros para que el parque offshore esté en activo en 2018.
Como Trump no quedó satisfecho de la decisión judicial y tras conocer las intenciones del promotor del parque de llevar a cabo su construcción, el empresario y candidato a la Casa Blanca ha decidido tomar cartas en el asunto y asegura que tratará de hacer lo imposible para tumbar ese proyecto.
Se trata de 11 turbinas de última generación que además servirán como centro de pruebas y desarrollo de nuevas tecnologías de eólica offshore.
Para que no se lleve a cabo el proyecto, Trump va a presentar objeciones formales porque cree que la adjudicación del parque no fue del todo legal. Un portavoz de Trump ha arremetido contra la administración local de Aberdeen y la ha tachado de incompetente por no paralizar el proyecto.
Trump obtuvo los terrenos junto al campo de golf años después de que se le adjudicara a Vattenfall el permiso para poder llevar a cabo el proyecto eólico. Cuando se hizo con los terrenos, Trump conocía perfectamente que eso se iba a construir y los compró a sabiendas de ello, pensando que tumbaría con facilidad el proyecto.
Ahora tiene todas las de perder, teniendo en cuenta la pronunciamiento del Supremo británico, pero cuando se es candidato a la Casa Blanca, y posible presidente de la mayor potencia económica del mundo puede ocurrir de todo.
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