Este 15 de abril, Alemania cierra las últimas centrales nucleares operativas que le quedan (Isar 2, Emsland y Neckarwestheim 2), marcando el final de los más de 60 años de incursión del país en la energía nuclear.
La medida supondrá que Alemania deje de contar con una generación que supone alrededor del 6% de su consumo en una situación de crisis energética, después de haber prorrogado el cierre de estos reactores hasta mediados de abril con el objetivo de afrontar la falta de suministro provocada por la invasión rusa de Ucrania.
En 1961, la primera central nuclear alemana, llamada Kahl, empezó a suministrar energía a la red germana. Años después, continuó la rápida expansión de esta tecnología por el país, algo que llevó también al desarrollo de una 'contracultura' que culminó con la fundación de 'Los Verdes' de Alemania.
En 2011, el desastre nuclear de Fukushima supuso la sentencia de muerte para la energía nuclear en Alemania, con la mayor manifestación antinuclear jamás celebrada, que reunió a unas 250.000 personas. El 30 de mayo, el Gobierno alemán de la canciller Angela Merkel recuperó el calendario del apagón nuclear impulsado por el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder en el año 2000, con Los Verdes como aliados, y anunció un plan para cerrar todos los reactores nucleares antes de 2022.
Prórroga del cierre
Sin embargo, el estallido de la crisis energética causó una prórroga en el mes de noviembre, de varios meses, del cierre previsto para finales de 2022, con el objetivo de garantizar el suministro eléctrico del país durante el invierno. La decisión del gabinete germano se produjo después de que Scholz se impusiera a sus socios como jefe del Ejecutivo para tomar una decisión final a falta de consenso.
Verdes y liberales no se ponían de acuerdo. Los ecologistas sólo querían mantener activas las dos plantas situadas en el sur de Alemania y clausurar en el plazo previsto la de Emsland, mientras que los liberales deseaban que las tres se mantuvieran funcionando a ser posible más tiempo aún del acordado.
Así, las centrales han estado funcionando en modo de emergencia, inyectando a la red 70 gigavatios-hora al día, lo que cubría entre el 3 y el 7% de la demanda eléctrica alemana, según la hora del día.
Aunque la energía nuclear ha ido ganando terreno en los últimos años debido a la crisis energética, la opinión pública alemana está dividida por la mitad. Según una encuesta reciente, el 52% de los alemanes está a favor de ampliar la duración de la energía nuclear, mientras que el 37% la rechaza.
Opiniones
El cierre del parque nuclear alemán se produce en un momento complejo, con los precios de la energía disparados y dudas sobre el desarrollo de las renovables. Desde El Periódico de la Energía nos hemos puesto en contacto con expertos de todo tipo en materia energética, quienes nos han dado su opinión respecto a la decisión del Gobierno germano.
El diputado del Partido Popular, Juan Diego Requena, ha explicado al periódico que "hay que ver si las condiciones por las que el pasado mes de octubre Alemania, que tomó la decisión de extender hasta el 15 de abril la operativa de sus tres centrales nucleares, se han resuelto" y reconoce que "es cierto que Alemania tiene buenas reservas de gas y ese problema de momento no lo tienen, pero el apagón de estas centrales llevará a tensiones a través de interconexiones y a un aumento de la producción con carbón y de emisiones de CO2, y esto conlleva colateralmente un aumento de precio".
Por su parte, Ignacio Araluce, del Foro Nuclear, ha señalado que "el impacto real de este apagón fue hace 12 años cuando anunciaron el cierre de los 17 reactores nucleares. A mí, de manera personal, me parece una barbaridad. Ahora se quedan sin un 6% de su generación y quemarán más combustibles fósiles, gas y carbón, para sustituirlo hasta que entren más renovables en el sistema".
Eloy Sanz, Investigador y Profesor de Ingeniería Energética en la Universidad Rey Juan Carlos, ha declarado que "el cierre nuclear alemán se planificó en el año 2000, cuando esta fuente generaba 170 TWh anuales, el 30% de la electricidad del país. Casi un cuarto de siglo después, el crecimiento renovable ha sido tan importante que además de reemplazar a la energía nuclear, ha conseguido una reducción en la generación con combustibles fósiles de 71 TWh, que suben a 116 TWh si solo se considera el carbón" y añade que "quizás la crítica feroz a Alemania se deba a que han demostrado que las energías renovables pueden reemplazar a la nuclear y a las fósiles simultáneamente, un dato que contradice muchos relatos".
Juantxo López de Uralde, diputado de Unidas Podemos, ha comentado que "el paso dado por Alemania es decisivo y no tiene marcha atrás. La oposición no tiene autoridad moral para exigir que se paralice lo que ellos mismos comenzaron. La apuesta de presente son ya las energías renovables".
El presidente de la Sociedad Nuclear Española, Emilio Mínguez, ha afirmativo que "Alemania, siendo uno de los países de la Unión Europea que más forzó a la descarbonización de la región, se va a convertir con este cierre de su parque nuclear en un país que tendrá que usar más carbón y gas para el suministro continuo de energía eléctrica y es ya uno de los que ya tienen una mayor intensidad de carbono".
Mínguez ha comentado además que Alemania, aprovechando su situación geográfica, "se va a nutrir de la conexión con otros países del entorno que sí han aprobado la operación de sus centrales nucleares a largo plazo y de aquellos países que van a construir nuevos reactores, como es el caso de Polonia".
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15/04/2023