Además de fuentes energéticas como la eólica, el uso de hidrógeno como combustible limpio es un tema que ha cobrado gran interés en muchos países. No sólo porque sea el elemento más abundante en el universo, sino porque además tiene la ventaja de actuar como vehículo de almacenamiento de energía.
En 2014, Siemens anunció que iba a construir (junto con varias empresas de servicios públicos y la RheinMain University of Applied Sciences) la planta de producción de hidrógeno más grande del mundo. Ahora esta planta va a entrar en funcionamiento.
Las plantas de electrólisis son una de las alternativas más interesantes para resolver el problema de almacenamiento de la energía. Con la planta que se abre en Alemania, se entra en una nueva fase de aprovechamiento masivo de las energías renovables.
Se prevé que, gracias a su uso, la demanda de electricidad quedará garantizada mientras se respeta el medio ambiente. Pero, ¿cómo se puede conseguir este objetivo?
Se cree que el hidrógeno es el combustible del futuro porque permite producir electricidad a través de las renovables. Como la energía eólica, en ocasiones, genera más capacidad de la que se consume, puede aprovecharse el sobrante para producir este elemento de manera limpia y sostenible.
Los pasos que hay que dar para la generación del hidrógeno son: en primer término, capturar la energía generada por las turbinas eólicas. A continuación se transmite a unos dispositivos llamados electrolizadores, que pasan la electricidad a través del agua para dividir este líquido en hidrógeno y oxígeno. Por último, se almacena este elemento para que pueda ser utilizado posteriormente cuando sea requerido. (Ver vídeo al final del texto)
Energy Park Mainz es la instalación más grande del mundo en utilizar el exceso de energía eólica para producir hidrógeno. Mediante el proceso de electrolisis, realizado por Silyzer 200 de Siemens, se extrae el elemento casi puro a partir del agua. Gracias a la tecnología PEM (membrana de intercambio de protones), se consigue capturar y “recolectar” este elemento.
Lo más llamativo de estas instalaciones es que consiguen procesar hasta 6 megavatios de electricidad y almacenar el hidrógeno en contenedores especiales durante largos periodos de tiempo. Con ello, se pretende evitar que se desperdicie la energía eólica que no puede ser inyectada a las redes eléctricas cuando no sopla el viento o la demanda es baja, por ejemplo, a determinadas horas de la noche.
La planta es una colaboración conjunta entre la distribuidora de electricidad Stadtwerke Mainz, el fabricante de gases industriales Linde, Siemens y la Universidad de Ciencias Aplicadas de RheinMain.
José Enrique
28/12/2020