El gobierno alemán ha acordado presionar a la UE para que flexibilice su plazo de 2035 para la matriculación de nuevos vehículos con motor de combustión, alegando amenazas al empleo y la competitividad industrial. Las ONG advierten que la decisión retrasará la inevitable transición a la movilidad eléctrica, socavará los objetivos climáticos y dejará a los fabricantes de automóviles europeos más expuestos a sus rivales chinos.
El gobierno de coalición alemán ha acordado presionar a la UE para que flexibilice el plazo actual de 2035 para matricular nuevos vehículos con motor de combustión. Tras una reunión nocturna de los principales representantes de los partidos de la coalición, el canciller Friedrich Merz anunció que escribiría a la Comisión Europea para exponer la postura alemana, que busca "conciliar la competitividad con la acción climática".
La postura de Alemania sobre el futuro de los vehículos con motor de combustión se considera crucial para un próximo paquete de medidas de la UE sobre el sector de la automoción, que incluye la actualización de la normativa sobre los límites de emisiones del parque automovilístico. Se espera que la Comisión publique los detalles del paquete el 10 de diciembre. La asociación alemana de la industria automovilística, VDA, había solicitado a principios de este año una flexibilización de la prohibición de la UE para 2035.
El canciller de la conservadora Demócrata Cristiana (CDU) afirmó que los planes actuales de la UE para la eliminación gradual de los motores de combustión pondrían en peligro la fortaleza de Alemania en el sector automovilístico. Por lo tanto, solicitará a la Comisión que revise el reglamento sobre flotas de vehículos y lo adapte para permitir la matriculación de vehículos con motor de combustión de alta eficiencia y vehículos híbridos enchufables también después del año objetivo.
Proteger el empleo
“La acción climática no debería verse comprometida por esto”, argumentó Merz, añadiendo que los objetivos de reducción de emisiones deberían alcanzarse de forma que “permanezcan abiertos a la tecnología y preserven empleos”. Esta medida supondría “dar un impulso importante a la industria europea”, y en especial al sector automovilístico, que se encuentra en una situación “precaria”, añadió.
El líder del socio menor de coalición de Merz, el ministro de finanzas Lars Klingbeil, del Partido Socialdemócrata (SPD), afirmó que su partido había cambiado de postura porque "era necesario hacer ajustes" para proteger el empleo. Si bien la CDU había hecho de su oposición a la prohibición de 2035 una promesa de campaña electoral, el SPD hasta el momento se había mostrado crítico con el debilitamiento de los planes existentes para la UE.
El líder del SPD declaró a principios de este mes que los requisitos para productos de origen nacional podrían inclinar la balanza a favor de una postura más flexible en su partido respecto a la eliminación gradual de esta tecnología. «Coincidimos en que el futuro es eléctrico», afirmó Klingbeil, añadiendo que se necesita mayor apertura y flexibilidad tecnológica para alcanzarlo.
Markus Söder, líder de la Unión Social Cristiana (CSU), partido bávaro hermano de la CDU, afirmó que la abolición del estricto límite a las matriculaciones de vehículos con motor de combustión infundiría nueva confianza en la industria. Alemania y Europa no deben cederlo todo a Asia, sino defender activamente su sector automovilístico como pilar de su fuerza industrial, argumentó. Söder añadió que las emisiones de los vehículos no deberían medirse únicamente en el tubo de escape para evitar multas a los fabricantes.
galan
30/11/2025