Rusia ya tiene vía libre para doblar la exportación de gas a la Unión Europea, muy a pesar de los intereses de Donald Trump, que ve en el Viejo Continente un jugoso destino para su gas natural licuado (GNL). Y todo gracias al último permiso que necesitaba el Nord Stream 2, el controvertido proyecto de gasoducto, para cerrar la distancia entre la región rusa de Leningrado y la costa báltica de Alemania.
Se espera que se termine su construcción para fines de este año.
La Agencia Danesa de Energía (DEA) ha informado que ese permiso para instalar las tuberías de gas natural en la plataforma continental danesa al sureste de Bornholm en el Mar Báltico ha sido obligado.
Según fuentes de la Embajada de Dinamarca en España consultadas por este diario, "el permiso se otorga de conformidad con la Ley de Plataforma Continental y de conformidad con las obligaciones de Dinamarca en virtud de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Dinamarca ha sido obligada porque retiraron la solicitud de pasar por aguas danesas para pedirla por las aguas internacionales sobre la plataforma continental danesa. La primera solicitud requería una valoración medioambiental más extensa".
Desde 2017, Nord Stream 2 ha enviado tres solicitudes a la Agencia Danesa de Energía con tres rutas diferentes. El 3 de abril de 2017, se envió una solicitud de permiso para construir las tuberías por el sureste de Bornholm en aguas territoriales danesas y en la plataforma continental danesa. La compañía retiró esta solicitud en junio de 2019.
Poco más de un año después, el 10 de agosto de 2018, se volvió a solicitar una ruta al noroeste de Bornholm en la plataforma continental. Como esta ruta planteó una serie de preguntas sobre el impacto en el medio ambiente y en el transporte marítimo, la DEA quiso que se investigara una ruta del sudeste en la plataforma continental.
Finalmente, el 15 de abril de 2019, Nord Stream 2 solicitó dos alternativas de ruta en la plataforma continental al sureste de Bornholm con una longitud de 147 km y 164 km respectivamente. De entre las dos alternativas, la DEA aprobó la ruta más corta, ya que esta ruta proporciona el menor riesgo e impacto desde una perspectiva ambiental y de seguridad y, por lo tanto, es la opción preferida.






José
04/11/2019