Alemania y Australia tienen previsto intensificar su cooperación en los ámbitos de la energía, la protección del clima y la reducción de emisiones, según han declarado el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, junto con la ministra de Educación, Bettina Stark-Watzinger, y el ministro australiano de Clima y Energía, Chris Bowen, tras reunirse en Berlín.
Los dos países prestarán especial atención al hidrógeno y se comprometerán a apoyar la creación y expansión de un mercado conjunto. Los ministros anunciaron una financiación de hasta 72 millones de euros para cuatro nuevos proyectos conjuntos en el marco de la iniciativa germano-australiana Incubadora de Innovación y Tecnología del Hidrógeno (HyGATE), que incluye nuevas tecnologías para electrolizadores y un proyecto para producir metanol con electricidad solar.
Los gobiernos publicaron también un informe conjunto sobre el estudio de viabilidad del hidrógeno germano-australiano, según el cual aún queda mucho por hacer para establecer una cadena de suministro de hidrógeno renovable. "Mi objetivo es que la primera entrega llegue a Alemania en 2030 a más tardar", declaró Stark-Watzinger.
Viaje largo
Australia reúne buenas condiciones para generar electricidad renovable a partir de energía eólica y solar, lo que la convierte en un lugar ideal para producir hidrógeno verde. "Estos proyectos demuestran el papel de Australia como líder mundial en la producción de energías renovables, reduciendo el coste de la producción de hidrógeno y allanando el camino para las exportaciones", declaró Bowen sobre los proyectos anunciados.
Alemania empezó a cooperar con Australia en el ámbito de la energía en 2017 y formalizó una asociación energética en 2021, que incluía un acuerdo sobre el hidrógeno. Ahora se ha ampliado para abarcar también el clima. El alcance de los cambios se definirá en los próximos meses, según el Ministerio de Economía alemán (BMWK), pero los temas iniciales podrían incluir las transiciones justas, la cooperación climática internacional y el cambio estructural.
En la lucha contra el cambio climático, el hidrógeno fabricado con electricidad renovable se considera una herramienta vital para descarbonizar sectores con emisiones especialmente persistentes, como la industria pesada y la aviación.
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