La Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES) lamenta que el reino de España haya fracasado en la consecución de los objetivos a los que se había comprometido con Bruselas en materia de equilibrio fiscal y, por tanto, haya dejado de percibir 1.100 millones de euros.
Ante ello, los empresarios gasolineros de España proponen al Gobierno llevar a cabo la subida del diesel de otra manera y acompañada de más medidas para que no repercuta tanto en el bolsillo de los españoles.
CEEES recuerda que existen alternativas para cumplir con los compromisos enviados por España a la Comisión Europea sin necesidad de generar una espiral inflacionaria ni de fomentar la desigualdad, tal y como haría una equiparación inmediata de la fiscalidad del gasóleo de la automoción a la de la gasolina.
Para entender el calado de la reforma fiscal sobre los carburantes que el Gobierno propuso a Bruselas y el Ejecutivo comunitario aceptó y cuyo cumplimiento ahora exige, resulta necesario desglosar la composición del PVP de los combustibles en los surtidores españoles.
Hoy, el PVP medio de la gasolina 95 se sitúa en los 1,497 euros por litro. El Impuesto Especial de Hidrocarburos y el IVA representan el 49,4% del total (74 céntimos por litro). En el caso del gasóleo de automoción, el IEH más el IVA suman 63 céntimos, o, lo que es lo mismo, el 44,3% del total.
Una equiparación inmediata de la fiscalidad de ambos combustibles supondría que el PVP del litro de diésel subiría 11,3 céntimos de la noche a la mañana y la carga impositiva de este producto pasaría a representar el 51,9% del precio total.
Subida al combustible más usado
La equiparación de la fiscalidad del gasóleo con la de la gasolina supondría un incremento del 8% en el PVP medio del diésel, que es el combustible más usado de España (77% frente a un 23% de gasolina).
Para evitar las consecuencias inflacionistas de esta medida, los gasolineros proponen que el incremento del impuesto al diésel se lleve a cabo de forma gradual en el tiempo, a lo largo de, al menos, tres ejercicios.
Además, dada la dependencia del diésel mencionada en el párrafo anterior, un incremento de la fiscalidad del gasóleo de automoción sin introducir medidas alternativas no tendría un impacto en el consumo -ni, por tanto, en las emisiones-, por ser la demanda característicamente inflexible, produciendo efectos meramente de carácter inflacionista.
Bonificar combustibles renovables
Teniendo en cuenta ello, los empresarios de las estaciones de servicio también proponen que la subida al diésel venga acompañada por una bonificación fiscal a los combustibles renovables (bioetanol, HVO100, biogás, biopropano, hidrógeno verde, etc.), impulsando una transición hacia unas soluciones que a día de hoy ya forman parte de nuestra movilidad diaria (11% de bios en los combustibles de automoción vendidos actualmente), con las ventajas que ello conllevaría en materia medioambiental, pero también en términos de soberanía alimentaria y energética.
Los empresarios recuerdan que la propia propuesta de revisión de la Directiva de Fiscalidad Energética propone exenciones para los productos menos contaminantes.
CEEES ha trasladado su propuesta de fiscalidad sobre los combustibles de automoción a la Administración por los canales oficiales correspondientes.






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