Ningún comentario El camino de España hacia la transición energética ya está trazado. Lo ha presentado Pedro Linares, co-fundador y director de Economics for Energy, bajo el título "Escenarios para el sector energético en España 2030-2050", donde se exponen cuatro escenarios posibles de cara a las próximas décadas.
Un informe del 'think tank' (del que son socios grupos energéticos como Gas Natural Fenosa o Iberdrola y compañías como Inditex, Banco Santander, Acciona, Alcoa o Ferrovial, entre otros), que ya maneja la Comisión de Expertos, de la que forma parte Pedro Linares, y en el que se van a basar en estos escenarios y el modelo utilizado para las propuestas de la Comisión de Expertos, que se espera que se presenten definitivamente en febrero.
Según fuentes cercanas a la Comisión, el trabajo ya está bastante adelantado, y los principales temas que se han tratado son la financiación, la fiscalidad, los diferentes mix eléctricos, incluyendo el cierre del parque nuclear, el autoconsumo y ahora están trabajando sobre el sector del transporte. Las mismas fuentes reconocen que todo el trabajo tiene un sesgo enfocado al sector eléctrico y con poca influencia de los sectores del gas y del petróleo, y que están apostando claramente por la eficiencia energética, sobre todo en edificios.
Una vez que presenten sus conclusiones, será el Gobierno el que decida qué escenario de los propuestos pondrá en marcha, y si quiere un Pacto de Estado de la Energía, necesitaría el consenso del resto de grupos parlamentarios.
El informe
Economics for Energy presenta cuatro escenarios posibles cuyo año de partida es 2015 y los horizontes considerados para el análisis son 2030 y 2050. Cada propuesta también presenta sus consecuencias económicas, ambientales y tecnológicas porque su objetivo es contribuir a un debate informado, amplio y productivo.
De los cuatro escenarios, Descarbonización, Mantenimiento de políticas actuales, Avance tecnológico acelerado y Estancamiento secular, el primero es el que se posiciona como el más ambicioso, con un horizonte 2050 donde el sector energético alcanza las cero emisiones de C02, aunque admite Linares "que no serían las totales del país porque también hay que contar con otras emisiones como las del sector agrícola e industrial, por lo que al energético no le quedaría otra posibilidad que reducir hasta cero las suyas, pero si la ambición es a una reducción del 80%, sí les quedaría un hueco de emisiones".
El informe recuerda que en 2015 España emitió 110 millones de toneladas de C02 en el sector energético, y la reducción a la que se debe llegar es en relación a las de 1990. "También son importantes las emisiones de NOX y las partículas, que son dos elementos también altamente contaminantes especialmente en la lucha contra el cambio climático", añade el experto, "si queremos cumplir con este escenario, el modelo dice que activemos medidas de eficiencia energética de manera rentable para que baje la demanda energética final, y sería posible mantener esa demanda mientras sigue subiendo el PIB".
Otro de los puntos fuertes de ese escenario de descarbonización, es la electrificación de la economía, "pero probablemente no se produzca de hoy para mañana, puede tener lugar a 2050 pero no a 2030".
Desaparece el carbón
Lo que tiene claro Pedro Linares es que "en el mix eléctrico 2020-2030 desaparece el carbón, baja mucho el petróleo y sube un poco el gas", porque será una década de claro desarrollo de las energías renovables, en el primer escenario descrito. "Si queremos descarbonizar la economía en 2050 y que la reducción de las emisiones de C02 sea del 95%, el mix eléctrico tendrá mucha solar fotovoltaica, mucha eólica y un poco de hidráulica".
El informe reconoce que España, de ambicionar esos objetivos, se enfrenta a varios retos, "el primero de ellos es cómo satisfacemos la demanda térmica de la industrial y cómo rebajamos la dependencia del petróleo para el transporte pesado", y aunque proponen el biocombustible como alternativa, "no es la solución perfecta". También está el obstáculo de las tecnologías de respaldo en un horizonte totalmente descarbonizado, "si tenemos un mix a base de energías renovables con un respaldo no fósil hay diferentes opciones: el uso del hidrógeno que almacene el exceso de las renovables, la biomasa o las baterías si son técnicamente viables".
Eso para 2050, pero en 2030 la realidad sería muy distinta. "Si tenemos un mix viable, se mantendrían las nucleares, habría más renovables pero con cierta generación de respaldo de combustibles fósiles para algunas horas, ahora que habría de preguntarse cómo retribuir esas centrales para que se puedan mantener", dice Pedro Linares. "En esta primera década es un mix muy parecido a lo que tenemos ahora, y no necesita instalarse ninguna central que no sean parques renovables, es un escenario de ir al 'tran-tran' y llegaríamos. El problema es que luego tocaría correr para alcanzar los objetivos de 2050, en veinte años tendríamos que hacer tremendas inversiones en renovables y si no lo empezamos a hacer antes, nos vamos a encontrar en una montaña rusa que difícilmente podremos dominar". Por eso, para el experto, "desde el principio, si queremos reducir las emisiones de CO2, la mejor opción son las medidas de ahorro y eficiencia energética".
Otros escenarios
El escenario 'Mantenimiento de políticas actuales' es el menos ambicioso de los escenarios en reducción de emisiones de CO2, y por tanto hay menor presión de la eficiencia energética y un menor grado de electrificación de la economía. En el caso de 'Avance tecnológico acelerado' hay un mayor crecimiento económico, que a su vez lleva a una mayor demanda de los servicios energéticos, y se llama así porque hay un abaratamiento significativo de la tecnología de generación renovable y como consecuencia ya no hay que ahorrar tanta energía, lo que hace aumentar la demanda, un 3% en 2030 y hasta un 23% en 2050. El último escenario se corresponde a una situación económica en crisis, que llevan a una reducción muy importante de la demanda de la energía final, pero las medidas de eficiencia energética y los objetivos de reducción de emisiones son más complejos.
El informe apunta que, en un escenario de continuidad de las políticas actuales y de tibieza por parte de los países en el cumplimiento de los acuerdos de París, España no podría alcanzar un modelo descarbonizado en 2050, pues habría un menor grado de electrificación y el petróleo y el carbón seguirían presentes en el 'mix'.
Según el estudio, hay sectores donde habrá más dificultades para lograr la descarbonización, como la industria y el transporte pesado, pues para conseguir un alto grado habría que desarrollar nuevas tecnologías, o abaratar las existentes, para proporcionar energía térmica de alta temperatura a la industria y combustibles para el transporte pesado libres de emisiones.
Las proyecciones del informe indican que el petróleo desaparecería del 'mix' en 2050 en casi todos los escenarios que se contemplan.
En cuanto a la nuclear, Linares ha explicado que en el año 2050 no aparece nunca, pues los costes de inversión de las renovables hacen a éstas más baratas y sólo estaría puntualmente en un escenario de altísimo crecimiento de la demanda, del que desaparecen si se instalan más renovables.
Conclusiones
Para Economics for Energy, hay que garantizar la coherencia temporal, por eso hace falta señales económicas e institucionales a largo plazo y también señales para la innovación tecnológica. Además, reconoce que algunos escenarios no son coherentes en térmicos de costes, de ahí la importancia del ahorro energético, que jugará un papel muy importante, especialmente en la electrificación.
El informe se pregunta cómo hacer una generación renovable destacable sin emitir CO2 y por eso propone que se utilice tecnología CCS (Almacenamiento y Secuestro de Carbono), que se desarrolle el almacenamiento, con hidráulica de bombeo, baterías, hidrógeno o syngas (gas de síntesis) y también la gestión de la demanda. Por último, recuerda que hay dos grandes retos a los que España deberá enfrentarse antes o después: buscar alternativas renovables para la energía térmica de alta temperatura de la industria "si queremos descarbonizar totalmente la economía", y el segundo reto es el transporte pesado, considerando la biomasa y los biocombustibles como alternativas para ellos.
En definitiva, para Pedro Linares "ya hay que tomar decisiones".
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