A partir de hoy, 1 de julio de 2014, la nueva tarifa de la luz que se había empezado a aplicar el pasado 1 de abril, llega al recibo de los consumidores. La factura va ser más transparente, pero el nuevo sistema que se aplica es más complejo y está generando cierta incertidumbre sobre sus ventajas. El Gobierno asegura que el nuevo sistema para fijar la tarifa va a permitir un ahorro para las familias españolas de entre el 3% y el 5%, pero no hay garantías de que ello vaya a ser así. De hecho, el mercado mayorista, o pool, ha cerrado junio en torno a 51,66 euros.
A pesar de ello, el precio medio durante el semestre ha sido un 30% inferior al de finales de 2013 y un 32% inferior a los 48,48 euros, precio fijado por el Gobierno como referencia provisional tras suspender la subasta eléctrica. Por este motivo, para compensar por el dinero cobrado de más, las eléctricas están practicando devoluciones en el recibo entre los consumidores con Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC).
El nuevo recibo
A partir de ahora, el recibo indicará qué tanto por ciento se destina a los tres grandes bloques que, además del coste por alquiler de los equipos, componen el recibo: el coste de producción de electricidad y margen de comercialización, los impuestos —diferenciando entre los autonómicos y los estatales— y los costes regulados, que son los que fija el Gobierno.
Dentro de este último bloque, la orden de enero sobre los peajes estipula que el 36,28% del dinero que abonan los hogares por los costes regulados sufraguen los incentivos a las renovables, cogeneración y residuos. Otro 32,12% se utiliza para pagar el transporte y la distribución y el 31,6% restante va a parar al cajón de "otros costes", donde se incluye la anualidad para cubrir el déficit. Los posibles cargos adicionales, como los de los servicios de mantenimiento o regularizaciones excepcionales, deberán ir aparte.
Nuevo sistema
Con el nuevo recibo, los consumidores van a poder desentrañar, aunque sólo sea un poco, los intríngulis de la nueva tarifa de la luz. Hasta ahora, el sistema que se seguía para estipular el precio de la luz, estaba basado en una subasta que se celebraba de manera trimestral –la subasta Cesur- y en la que intervenían las compañías eléctricas y otros intermediarios. Todos ellos pujaban en esta subasta y se fijaba un precio para el componente energético de la factura. Este sistema derivó en un aumento exagerado en la última subasta del pasado mes de diciembre, por lo que el Gobierno decidió intervenir con una reforma eléctrica con la que eliminar estas subastas y fijar el precio según la demanda de luz de cada momento.
La nueva forma de fijar el precio está vigente desde el 1 de abril. El precio final de la luz es el resultado de dos componentes, el fijo y el variable. El componente fijo es el relativo a la potencia contratada, es decir a cada kilovatio que se haya establecido en el contrato. El término fijo (lo que se paga por cada kW de potencia contratada, independientemente de lo que consumas) sigue igual y depende de la tarifa de acceso + un margen de comercialización por cada kW contratado de 4 €/año.
Por otro lado, el componente variable es el relativo al consumo de cada kilovatio. Ambos componentes cambian, ya que el término fijo ve aumentado su precio y el término variable será ahora más variable que nunca (valga la redundancia), ya que el precio se establecerá en función de la demanda de luz que haya en cada momento.
Ahora la luz tendrá un precio cada hora del día, lo que supone que a efectos prácticos se establecerán 24 tarifas distintas en un mismo día. Desde el Ministerio estiman que los consumidores pueden beneficiarse de un ahorro del 4,3% en la factura, aprovechando los momentos en los que el consumo de la luz tiene un precio más bajo.
El precio de la luz se podrá conocer a través de diferentes fuentes -Red Eléctrica de España (REE), Ministerio de Industria, Energía y Turismo, Omie o bien a través de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia- pero usted podrá consultarlo, si así lo desea, en El Periódico de la Energía . Se podrá conocer con poca antelación, pero quizá sea la suficiente como para amoldar el consumo a los precios más bajos.
Tres tarifas
¿A quién le afecta la reforma? Esta nueva forma de fijar el precio de la electricidad afectará a los casi 17 millones de hogares que disfrutasen de una tarifa regulada, la llamada TUR. A partir de ahora estos consumidores estarán bajo una tarifa llamada Precio Voluntario del Pequeño Consumidor (PVPC) en la que el precio se estipula de la forma anteriormente explicada.
Las personas que estuviesen bajo la tarifa de del Bono Social, seguirán acogidas bajo esta tarifa, y mantendrán como hasta ahora un descuento del 25% sobre el precio final de cada hora.
La segunda opción son las tarifas fijas anuales que están proponiendo las compañías eléctricas, que establecen un precio cerrado anual en función de la potencia que se tenga contratada. Con estas tarifas los sustos en la factura se eliminan por completo, ya que se sabrá cuánto se va a pagar de manera previa. Hay quien opina que estas tarifas que inicialmente se han planteado son demasiado caras, y que será cuestión de tiempo que las compañías ajusten sus propuestas.
Además, tal y como venía ocurriendo hasta ahora, el consumidor podrá contratar bilateralmente el suministro de energía eléctrica con cualquier comercializadora en el mercado libre conforme al precio y las condiciones que en su caso pacten entre cliente y comercializador. Las ofertas en el mercado libre, a diferencia de las del precio fijo anual, incluyen en la mayoría de los casos, cláusulas especiales o servicios adicionales que deben tenerse en cuenta a la hora de valorar las ofertas con un criterio homogéneo.
La reforma eléctrica trae consigo la necesidad de disponer de un contador inteligente que sea capaz de mostrar el consumo y el precio de cada hora. Pero no es hasta finales de 2018 cuando todas las casas deban tener un contador inteligente. Si es usted de los que tienen un contador analógico, el precio de la luz será el resultado de una media diaria en vez del precio exacto de cada hora y le dará igual la hora en que consuma la luz.
Sea como fuere, las opiniones sobre esta nueva forma de fijar el precio de la luz son de lo más dispares, desde el Ministerio apuntan a que los usuarios que más consumo de luz hagan podrán beneficiarse de un significativo ahorro, pero asociaciones de consumidores como la OCU afirma que los más perjudicados son los que consumen poco ya que el término fijo se aumenta. En definitiva se trata de una forma de establecer el precio en la que pueden darse dos situaciones, que realmente se termine pagando un precio barato o bien todo lo contrario, que la factura sea realmente elevada.
Alfredo
01/07/2014