Política energética

Australia anuncia su nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética

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Ayer, viernes, 10 de agosto, se presentó la Ley de Cambio Climático y Transición Energética de Australia. Después de haber sido criticado por su política a favor de las centrales térmicas y de la industria del carbón, con esta nueva normativa, el contaminar se va a acabar. Se llama Garantía Energética Nacional (NEG, por sus siglas en inglés), una política energética y climática que aún así todavía arrastra polémica para frenar las emisiones y proporcionar estabilidad al volátil mercado energético del país.

Los ministros de energía de los distintos estados del país acordaron avanzar en la propuesta, de acuerdo con el gobierno del primer ministro Malcolm Turnbull.

La aprobación de los estados es un paso preliminar para continuar adelante con la Ley. Antes de que pueda aprobarse a nivel federal, primero debe someterse a negociación. Algunos críticos, incluidos ambientalistas, han dicho que la propuesta no es lo suficientemente amplia como para combatir el cambio climático.

Principales propuestas de NEG

El NEG abarca toda la transición energética combinando dos políticas en una sola: la seguridad de suministro y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

La legislación propuesta pretende reducir los precios de la energía y aumentar la inversión en generación de energía limpia, que incluye energía eólica, solar, baterías y otras renovables.

Los objetivos de cambio climático y la seguridad de suministro mejorada nunca se han integrado en una sola política como ésta, lo que ha puesto nerviosos a algunos analistas y legisladores porque no hay ejemplos a seguir.

El nuevo plan afecta al National Energy Market, una red eléctrica que conecta todas las regiones, excepto Western Australia y Northern Territory.

¿Por qué se necesita una nueva política energética?

Las políticas de energía y clima en Australia han llegado y se han ido, sin permanecer en su lugar el tiempo suficiente como para ver los resultados favorables o contrarios. En los últimos años, la energía renovable se ha vuelto más barata y más eficiente, cambiando rápidamente el mercado y dificultando la estabilidad de la red.

El territorio de Australia casi duplica en dimensión al territorio de la Unión Europea en su conjunto, pero tiene menos de una vigésima parte de la población (24 millones de Australia frente a 512 millones de la UE), lo que hace que sea una red nacional costosa. El aumento de las temperaturas promedio como resultado del cambio climático y la frecuencia cada vez mayor de los fenómenos meteorológicos extremos, como la sequía que ahora paraliza el sureste, también están causando oleadas en la demanda, lo que ejerce más presión sobre el sistema.

Australia también tiene una de las tasas más altas del mundo de emisión de gases de efecto invernadero per cápita. Sus políticas climáticas fueron clasificadas entre las peores del mundo en el Índice de Desempeño del Cambio Climático de este año, publicado anualmente por la organización no gubernamental Germanwatch y otros grupos.

Control de emisiones de gases de efecto invernadero

Bajo este nuevo marco, los productores tendrán que demostrar anualmente que cumplen con los estándares de emisiones.

El NEG no incluye los precios del carbono, una propuesta defendida por algunos economistas que buscaban algo parecido al comercio de derechos de emisiones que existe en Europa, es decir, que deberían recibir un valor de mercado. El profesor Frank Jotzo de la Universidad Nacional de Australia dijo que el NEG proporcionaría un incentivo financiero similar para reducir las emisiones, llamando al mecanismo una "forma engorrosa de lograr un resultado muy similar".

La segunda parte del NEG, la garantía de seguridad, está diseñada para fomentar más contratos e inversión en nuevas instalaciones renovables para añadir más suministro al mercado. El problema es que no está claro si este plan tendrá como consecuencia la reducción de las facturas de la luz de los australianos o justo todo lo contrario.

El gobierno rechazó un objetivo determinado de renovables sobre la base de que ese objetivo no conseguiría lo suficiente para bajar los precios de la energía.

Greenpeace, que ha dicho que la nueva política no es muy ambiciosa, ha pronosticado que los precios de la energía solo caerán si el objetivo de emisiones es más ambicioso.

Aportación a la lucha contra el cambio climático

La ley pretende reducir los niveles de emisiones para el sector energética en 2030 un 26% por debajo de los niveles registrados en 2005. Esa es la misma meta que Australia estableció para el país en el Acuerdo de París. Eso significa que todas las demás fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero de Australia, incluidas la agricultura, la minería y el transporte, tendrían que hacer reducciones significativas también para 2030.

En Australia Occidental, donde se lleva a cabo gran parte de la actividad minera de Australia, no se aplicará ninguna política importante de emisiones.

Dado el pequeño alcance de las industrias afectadas, es poco probable que Australia cumpla con el compromiso del Acuerdo de París solo con el NEG.

Los estados liderados por el opositor Partido Laborista han expresado su preocupación sobre el objetivo de emisiones propuesto y la falta de un mecanismo para actualizar dichos objetivos en el futuro. "Queremos saber que los acuerdos no limitarán el mandato de ningún gobierno futuro para cambiar el objetivo", decía Anthony Lynham, ministro de energía de Queensland.

El Climate Council, una organización no gubernamental, advierte que el NEG no hará lo suficiente para enfrentarse al cambio climático, y que podría "descarrilar" la floreciente industria de las energías renovables de Australia. Dylan McConnell, investigador del Colegio de Energía y Clima Australiano-Alemán de la Universidad de Melbourne, por su parte, señala que cualquier política debería ayudar a promover la energía renovable, sería buena para los consumidores y el medio ambiente, pero que el gobierno australiano no está por ese camino. "La energía renovable está impulsando la economía", ha puntualizado, "y la política se está quedando atrás".

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