Hidrógeno

Una barcaza convertirá el agua del mar en hidrógeno en el Puerto de Santander

El proyecto Bahía H2 Offshore se trata de una barcaza alimentada con energía solar que tomará agua del mar, la filtrará y sintetizará en hidrógeno y amoniaco verde

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El Puerto de Santander albergará una barcaza capaz de transformar el agua del mar en hidrógeno y amoniaco verde, los "combustibles del futuro" según el consorcio de empresas marinas de Cantabria, Galicia y Asturias que desarrollan el proyecto piloto, con el que pretenden instalar esta tecnología en plataformas flotantes que funcionen mediante energía fotovoltaica y solar.

El proyecto "Bahía H2 Offshore" comienza así la primera de sus tres fases, que durará tres años con un presupuesto de 7,7 millones de euros, subvencionado con fondos europeos como proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica.

Esta primera fase ha sido presentada en rueda de prensa este martes en el Puerto de Santander, espacio que albergará en sus muelles de Raos la tecnología piloto: una barcaza alimentada con energía solar que tomará agua del mar, la filtrará y sintetizará en hidrógeno y amoniaco verde.

Los 'gasoductos' de hidrógeno son ya una realidad en Europa

El presidente de la Asociación Sea Of Innovation Cantabria Cluster (Sicc), Luis San Segundo; el consejero de industria y vicepresidente del puerto, Javier Marcano y el presidente de la Autoridad Portuaria**, Francisco Martín**, han explicado a los periodistas los detalles del proyecto que se ha aprobado.

El hidrógeno para el sector marítimo

El hidrógeno, según ha explicado San Segundo, es el combustible que mejor se adapta a los objetivos de descarbonización en el sector marítimo, mientras que el amoniaco supone "un método idóneo para su almacenamiento, transporte y distribución".

Por ello, el mercado final de este proyecto piloto sería el suministro para embarcaciones marítimas en zonas alejadas de la costa.

También servirá como estudio para comprobar el desarrollo de una instalación de estas características y evaluar posibles riesgos medioambientales por fugas de amoniaco, así como comprobar si soporta las condiciones ambientales del mar.

La instalación de esta barcaza comenzará cuando los socios del consorcio de once clúster marítimos, coordinados por el Sicc, acuerden las fechas.

Al término de esta primera fase, se iniciará una segunda que duraría aproximadamente otros tres años y en la que se desarrollará un prototipo con equipo de amoniaco integrado en una turbina eólica marina que ya esté operativa.

El proyecto finalizará en una tercera fase con la integración en un parque eólico en funcionamiento.

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