Bendita hemeroteca que diría la periodista Ana Pastor. Ya en 2003, tras el fracaso del intento de la fusión entre Iberdrola y Endesa, andaba el patio eléctrico como el rosario de la aurora. Enfrentamiento entre las dos grandes eléctricas por todo, y en uno de los aspectos en los que había un claro choque de trenes eran los costes de transición a la competencia (CTC).
Según contó la prensa en 2003, Iberdrola declaró ante la Comisión Nacional de la Energía (CNE) que los CTC se están cobrando a un ritmo excesivo; concretamente, se habrían percibido 1.604 millones de euros más de lo previsto a 31 de diciembre de 2002. Una de las empresas que cobraba los CTC denunciaba que se estaba cobrando de más, y eso que en ese tiempo el precio de la luz desde 1998 prácticamente no se movió y se mantuvo por debajo de los 36 euros Mwh, precio fijado por el que cobrarían los CTC.
El ahora presidente de la eléctrica vasca se presentó en la sede de la CNE para denunciar los hechos. Algo inaudito. No le quedó más remedio al regulador que tomar cartas en el asunto.
Iberdrola explicaba, según contó el diario El País, que "los consumidores han pagado ya 1.922 millones de euros (casi 320.000 millones de pesetas) hasta el 31 de diciembre de 2002. Quedarían, pues, por pagar 6.721 millones de euros. Pero de esa cantidad, Iberdrola resta 1.000 millones de euros por las plusvalías obtenidas de las ventas de instalaciones que, lógicamente, deben eliminarse de los costes de transición a la competencia; otros 3.127 millones de euros, debido a que los precios en el mercado eléctrico han rebasado sistemáticamente el tope de las seis pesetas por kilovatio/hora producido, de forma que los mayores ingresos obtenidos en el reparto final de la tarifa por ese concepto deben descontarse de la percepción por CTC; y otros 4.217 millones de euros deben restarse de la factura, debido a que el régimen de utilización de las plantas eléctricas, ese que supuestamente tienen que compensar los consumidores por inadecuación a la competencia, ha superado las horas de utilización con las que se calcularon inicialmente los CTC. El resultado sería que los consumidores han pagado hasta el 31 de diciembre del año pasado 1.604 millones de euros más".
Por su parte, Endesa tenía otras cuentas. Decía que había cobrado de menos de lo que realmente le deberían haber pagado. Con todo el rifirrafe entre las eléctricas el regulador tiró por la calle de en medio y le quitó la razón a las dos compañías. Hace 11 años, en diciembre de 2003, la Comisión Nacional de Energía elaboró un informe en el que discrepaba de los cálculos realizados por ambas compañías. "Si se actualizasen para el periodo 1998-2002 únicamente los parámetros propuestos por Iberdrola, quedaría por cobrar a 31 de diciembre de 2002 aproximadamente un 38% del importe máximo reconocido, y si se hiciese con los parámetros propuestos por Endesa, no quedarían por cobrar de CTC más que el equivalente al 49% del importe máximo".
Finalmente, la CNE rechazó la denuncia de Iberdrola y subrayó que "no se ha producido un exceso en el cobro de los CTC por el sector". Tras este informe Iberdrola decidió presentar alegaciones.
Otro apunte que deja la hemeroteca es un artículo que escribió en diciembre de 1998, el que fue presidente de la Comisión Nacional del Sistema Eléctrico, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, últimamente más conocido como MAFO. El artículo, titulado La tarifa eléctrica de 1999, criticaba con dureza el cambio que aprobó el Gobierno para que las eléctricas cobrasen más de un billón de pesetas vía CTC. En el artículo dejó perlas como las siguientes:
"No he ocultado nunca mi fascinación por la brillantez del ejercicio de ilusionismo que han mostrado las empresas eléctricas al solicitar al Gobierno que cambie la Ley para poder cobrar un billón de pesetas por anticipado".
"Ni Unesa ni el Ministerio de Industria han presentado un solo documento que explique por qué se solicita esa cantidad. Nos han dicho cuál es la cifra -1.300.000 millones de pesetas- que han pactado entre ellos, al margen de los demás interesados y del ente regulador independiente, pero nadie sabe por qué han acordado esa cantidad y no otra".
"La cruda realidad es que el año que viene (1999) los consumidores van a pagar 88.000 millones de pesetas que no hubieran pagado si no se hubiera modificado la Ley actual. Y, si la Unión Europea u otras instancias no lo remedian, esa cantidad será sólo el primer plazo de una serie de entregas que se pagarán sin que ningún Gobierno pueda sacar de la tarifa ese 4,5% hasta que no se haya pagado el billón. Pasado un tiempo todo el mundo se resignará a pagar más cara la electricidad. Este asunto de la titulización habrá perdido la expectación que ha tenido durante este mes de diciembre de 1998. Lo único interesante que quedará por saber es en qué se van a gastar las empresas eléctricas ese dinero que cobrarán por anticipado. Los consumidores se enterarán de ello por los periódicos, porque las empresas que van a recibir el billón no van a consultar a los que les van a estar dando ese dinero hasta el año 2014".
Ni el mejor de los adivinos.
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