La Comisión Europea (CE) anunció hoy que ha abierto una investigación para esclarecer si el Reino Unido incumple la normativa comunitaria sobre ayudas estatales en los planes de conversión de la fábrica Drax, una planta de carbón que será parcialmente convertida para operar en biomasa.
En un comunicado, el Ejecutivo manifestó que aunque apoya los esfuerzos de los Estados miembros para aumentar el uso de las energías renovables, la normativa europea sobre ayudas estatales establece que el coste de las conversiones debe ser limitado para el cliente y no puede otorgar "ventajas injustas" a ciertos operadores.
La Comisión investigará si los fondos públicos utilizados para apoyar esta conversión están limitados a lo necesario, y no caen en el exceso de compensación.
También evaluará si los efectos positivos del proyecto y los objetivos ambientales de éste son mayores que las posibles distorsiones de la competencia en el mercado de la biomasa.
La CE manifestó su preocupación de que en el balance total los efectos negativos en la competencia de esta conversión superen a su efecto positivo en el logro de los objetivos marcados por la UE para 2020 en energías renovables, según el comunicado de la institución.
El pasado abril, las autoridades de Reino Unido notificaron a Bruselas los planes para financiar la conversión de una de las seis unidades en la planta Drax para que opere únicamente en biomasa, la cual tendría la capacidad de generar 645 megavatios de electricidad renovable funcionando exclusivamente mediante pellas de madera.
Se fijó un precio determinado para la electricidad generada, de manera que si el precio medio al por mayor de la electricidad cae por debajo de este precio determinado, el operador de la central eléctrica de Drax recibiría un pago adicional aparte del dinero que gana por la venta de su electricidad en el mercado.
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