La gran industria electrointensiva sigue sin ser esencial para el Gobierno. 24 horas después de dejarla fuera de las actividades esenciales para la lucha contra la COVID-19, y tras varias negociaciones con patronales y empresas el Gobierno ha reconocido que les dejará funcionar, pero solo en servicios mínimos.
Un comunicado del Ministerio de Industria indica que "estas industrias podrán mantener una actividad mínima imprescindible (mediante turnos de trabajo o número mínimo de plantilla) teniendo como punto de referencia la actividad de fines de semana o festivos".
"Este mantenimiento mínimo de la actividad industrial hay que entenderlo especialmente prescrito para aquellas instalaciones industriales cuya parada prolongada durante varios días cause daños que imposibiliten o dificulten su nueva puesta en producción o que genere riesgo de accidentes". continúa explicando el Ministerio de Industria.
Además, el Gobierno asegura que también quedan exceptuadas del parón, "las personas trabajadoras respecto de las actividades de importación y exportación de todo tipo de productos, bienes y materiales, en la medida en que se configuran como clave del abastecimiento o del cumplimiento de compromisos de contratos internacionales".
Sin embargo, según cuenta el diario El Comercio, la delegación del Gobierno en Asturias envió ayer por la noche un comunicado en el que anunciaba un acuerdo con el Principado para levantar el veto a la producción a una treintena de fábricas de la región. Entre ellas están las fábricas de compañías como Arcelor, Asturiana de Zinc o Hunosa.
Es decir, por un lado el Ministerio de Industria explica cómo deberían comportarse, pero como el que decide es el Ministerio de Sanidad, que fue quien promulgó el RD del pasado domingo, no queda bien explícito cuál debe ser la función de la industria electrointensiva.
El caos es total. Las empresas no entienden este lío de comunicados y explicaciones entre las administraciones.
Por su parte, la Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT (UGT FICA) ha celebrado que el Gobierno ofrezca ahora a la industria no esencial poder mantener una actividad mínima y acompasar progresivamente la ralentización de su actividad, de forma que "no ponga en peligro su futuro" mientras se mantienen las medidas de confinamiento por el coronavirus.
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