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En los últimos años cada vez se habla más, en el mundo de la energía, de la economía del hidrógeno, que propone la utilización masiva del hidrógeno en movilidad, como sustituto de los combustibles tradicionales derivados del petróleo, principalmente la gasolina y el gasóleo, en aplicaciones industriales donde se precise un importante aporte energético y como sistema de almacenamiento de energía, produciendo hidrógeno cuando la oferta de energía eléctrica excede de la demanda, y que este hidrógeno sea producido de manera respetuosa con el medio ambiente, de manera que contribuya a una importante reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Es razonable discrepar sobre la cuestión de si las pilas de combustible de hidrógeno tienen un lugar en el futuro de las energías renovables, sin embargo, es un hecho que las grandes empresas de combustibles fósiles están promocionando mucho el hidrógeno verde, y no es difícil ver por qué, ya que la gran mayoría del hidrógeno se produce actualmente a partir del gas natural es altamente contaminante y responsable del 3% de todas las emisiones globales de carbono (CO2).

Las compañías fósiles, que ahora quieren ser conocidas como compañías de energía, persiguen la estrategia de greenwashing (lavado verde), y están invirtiendo grandes sumas en la infraestructura de carga de vehículos eléctricos. También presentan su negocio de hidrógeno como una herramienta para reducir y mitigar las emisiones de carbono. Sin embargo, comentarios recientes en EEUU de un director de Exxon Mobil, en una entrevista-trampa de Greenpeace, muestran la verdadera intención de estas empresas: Harán todo lo posible por retrasar la electrificación de la economía, generada con renovables, y así mantener su modelo de negocio fósil.

El gráfico del artículo muestra la Escalera de Liebreich, en un intento de orientar a los gobiernos y los actores de la industria de distintos sectores industriales de los casos de uso del H2 y el nivel de competitividad que el hidrógeno tendría en esos sectores.

En la cúspide de la escalera de Liebreich se encuentran aplicaciones como los fertilizantes (basados en amoniaco NH3), la generación del metanol o el refinado de petróleo. En el medio se encuentran los casos de uso en los que el hidrógeno podría tener sentido, como el almacenamiento de energía estacional, el acero, los productos químicos, el transporte marítimo y la aviación de larga distancia. En el extremo inferior "no competitivo" de la escalera se encuentran los vehículos ligeros y la climatización y ACS doméstica, aplicaciones en las que las pilas de combustible de hidrógeno claramente no tienen sentido (los vehículos eléctricos de batería y las bombas de calor son mucho más eficientes y ya están bien establecidos en el mercado).

Creo firmemente en el hidrógeno verde pero solo tiene sentido en ciertos casos de uso, es más, yo me quedaría únicamente con el peldaño A de la escalera de Liebreich, el resto de aplicaciones usarán la electricidad directa. La ruta del Hidrógeno comenzaría reemplazando el mercado actual del hidrógeno gris contaminante por el verde producido por electrolisis y con el uso en los sectores del peldaño A.

Sin embargo, ése no es el enfoque que están adoptando las compañías de petróleo y gas. Están invirtiendo dinero y presionando para convencer a los políticos de que dirijan la inversión pública a la construcción de una “economía del hidrógeno”, con un éxito considerable en Canadá, Europa y el Reino Unido. En España, la Ruta del Hidrógeno (8.900 M€ hasta el 2030), desde mi punto de vista, es una barbaridad y un despilfarro de fondos públicos.

A pesar de las buenas palabras y disposición de las empresas fósiles, realmente están apostando en dos direcciones opuestas: Entran en el mercado del hidrógeno verde, financiado con fondos públicos, pero con casos de uso de los peldaños inferiores de la escalera de Liebreich.

  • Si el proyecto funciona, entonces son los protagonistas de la industria del hidrógeno.

  • Si el proyecto no funciona, retrasan la transición a una economía basada en la electricidad.

¿Por que promueven el hidrógeno para un uso inadecuado? Primero porque no les cuesta dinero ya que tienen financiación pública y en el peor de los casos crean confusión, lo cual es interesante para ellos. Realmente están interesadas en que el sector eléctrico no se mueva demasiado rápido, me temo, a pesar de sus buenas palabras.

Un pueblo puede tener su Comunidad Energética Local TSER, con su Planta de Amoniaco verde (NH3), creado a partir de electricidad, agua y aire, para la producción de Fertilizantes.

Juan González de la Cámara fue fundador de Axesor y Papyre y ahora ha creado una comunidad energética local.

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