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Choque frontal entre Galán y Nadal por el cierre de las centrales de carbón

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o que se vivió este jueves en el Ministerio de energía fue un auténtico combate de boxeo entre Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, y el ministro de Energía, Álvaro Nadal. En juego, el cierre de las centrales de carbón de Lada y Velilla.

Y de ese combate se podría decir que ha habido nulo porque los dos contrincantes han puesto sobre la mesa sus teorías sobre el cierre y no han llegado a entenderse. Por un lado, Nadal y sus lugartenientes, los presidentes de Asturias, Javier Fernández, y Castilla y León, Juan Vicente Herrera, quieren mantener abiertas las centrales a toda costa, por otro, Iberdrola quiere que se cierren ya no solo su dos plantas de carbón sino todas, su compromiso es que se acabe con el carbón.

Tensión y caras de preocupación entre los representantes de las administraciones que no han entendido a Galán. El ministro de Energía, Álvaro Nadal, ha criticado hoy a Iberdrola por no comprometerse a vender las dos centrales de carbón que quiere cerrar en Asturias y Palencia, y ha advertido de que seguirá adelante con el Real Decreto sobre el cierre de centrales "tal y como está".

Nadal ha dicho que Iberdrola no ha sabido explicar por qué no quiere vender esas centrales y tan sólo se ha comprometido a mantenerlas operativas hasta 2020.

El titular de Energía ha destacado la gran contribución al sistema que hacen esas dos centrales térmicas, especialmente en los momentos punta de demanda, como en los del pasado invierno, y su utilidad a la hora de contener el precio de la electricidad.

En este sentido, ha dicho que si en los últimos tres años esas dos centrales hubieran estado cerradas, las familias españolas hubieran pagado dos euros y medio más en sus facturas de electricidad.

Nadal ha asegurado que Iberdrola sólo les ha dicho que si las Administraciones encuentran a un comprador para sus centrales de Velilla, en Palencia, y Lada, en Asturias, hablará con él, pero no se ha comprometido de forma clara a vender las plantas.

Ha recordado que las decisiones empresariales deben encajar con los objetivos de política energética y económica, que corresponden a los poderes públicos, y ha defendido la viabilidad económica de las dos centrales.

El ministro ha explicado que, según el análisis que se ha hecho de los precios ofertados y casados por las dos centrales en el mercado en los últimos tres años, los ofertados han oscilado entre los 68 euros MWh por el grupo menos eficiente de Velilla y los 49 euros MWh de Lada -la central más moderna-, mientras que los casados fueron de 79 a 57 euros MWh.

Ha afirmado que sin estas centrales, que suman 874 MW de potencia instalada, el precio medio en el mercado mayorista hubiera sido de 38 céntimos más por MWh y ha destacado su contribución a la contención de los precios en el repunte que hubo el invierno pasado.

Para Nadal, hay, por tanto, un interés general por mantener estas centrales abiertas, tanto por los mayores costes que provocaría su cierre como por el efecto en las economías de las zonas donde están ubicadas.

Además, ha dicho que una cosa es que Iberdrola no quiera tener plantas de carbón por una política de imagen de la empresa "y otra cosa es cerrarlas". Y es que Iberdrola lo que pretende es que se acabe el carbón y no solo desprenderse de sus dos activos.

El ministro, que ha criticado la "falta de flexibilidad" de Iberdrola, ha advertido de que seguirá tramitando el Real Decreto que amplía las causas por las que el Gobierno puede denegar el cierre de una central, con un mecanismo que establece su venta en subasta a partir del precio de la central cerrada, que se reduce al valor del terreno y de la planta ya achatarrada.

Nadal ha dicho que esta alternativa es mejor que proceder directamente al cierre de las dos centrales, cuyo coste la propia Iberdrola cifra en 35 millones de euros, y ha dicho que el Real Decreto, que ha señalado tampoco gusta a Iberdrola, se tramitará "tal y como está" y que el Gobierno tiene apoyo "de sobra" para tramitarlo y que entre en vigor.

Por su parte, Iberdrola lanzó un comunicado explicando su versión de la reunión y lo que realmente sucedería si se cerrasen sus dos plantas. Para la eléctrica, el cierre de las plantas no afectaría a la seguridad de suministro, ni tampoco al precio del mercado de la electricidad. Según Iberdrola, ambas centrales solo aportan el 1% de la generación y que por tanto no puede afectar a los precios en el mercado marginalista.

Asimismo, ha recordado su compromiso por mantener el 100% del empleo de los trabajadores de ambas centrales, algo de lo que han dudado los presidentes regionales de Asturias y Castilla y León.

En definitiva, los combatientes tendrán que darse más tiempo si se quiere llegar a algún tipo de acuerdo. De momento, las posiciones son contrapuestas.

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