Un grupo de científicos en Corea del Sur ha desarrollado una nueva forma de fabricar catalizadores —materiales que aceleran reacciones químicas— que permite producir hidrógeno de manera más eficiente a partir del amoníaco.
El amoníaco es una sustancia compuesta por tres átomos de hidrógeno y uno de nitrógeno. Tiene una gran ventaja: puede almacenar mucho hidrógeno en poco espacio, lo que lo convierte en un excelente “portador” para transportarlo y almacenarlo. Además, ya existe una infraestructura global para mover y guardar amoníaco, lo que lo hace más barato que otras opciones.
Pero hay un problema: para obtener el hidrógeno del amoníaco se necesita una tecnología especial que aún no está muy desarrollada. Y aquí es donde entra en juego el nuevo catalizador.
Uno de los metales más eficaces para romper el amoníaco y liberar hidrógeno es el rutenio. Permite hacerlo a temperaturas más bajas que otros materiales (entre 500 °C y 600 °C), lo que lo hace muy eficiente. Sin embargo, el rutenio es muy escaso y caro, lo que complica su uso a gran escala.
Hasta ahora, se usaba en forma de nanopartículas (partículas muy pequeñas) para aprovecharlo al máximo. Pero producir estos nanocatalizadores es complicado y costoso.
Método más barato
El equipo del Dr. Koo desarrolló una nueva forma de fabricar catalizadores de rutenio utilizando un proceso llamado “proceso de polialcohol” o polyol process. Este método es más simple y económico que los anteriores.
Normalmente, para evitar que las nanopartículas se junten entre sí, se agregan sustancias especiales llamadas “agentes de recubrimiento” (capping agents). Pero estos aditivos encarecen el proceso.







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