Los aviones que despeguen del Aeropuerto de Sevilla durante esta semana y cuya recarga de combustible sea realizada por Cepsa volarán con combustible de huesos de aceituna. Se trata del primer aeropuerto del sur de Europa en realizar una operación de semejante envergadura.
Además, se trata de la primera vez en España que toda la cadena de valor cuenta con una certificación de sostenibilidad realizada por la International Sustainability and Carbon Certification (ISCC), desde el producto hasta el suministro físico.
El momento elegido para la utilización del combustible sostenible (SAF en inglés; Sustainable Aviation Fuel) coincide con los días previos al puente de diciembre, fecha clave por el incremento de la oferta turística y los viajes de corta y media distancia.
El combustible sostenible suministrado por Cepsa es suficiente para cubrir unos 400.000 kilómetros de vuelo de un Airbus mediano; es decir, unas 400-500 horas de vuelo (más de 150 vuelos a Londres o a Canarias).
Esto evitará la emisión de 200 toneladas de CO2 (el equivalente a 2.500 árboles), lo que supone una reducción de las emisiones de hasta un 90% con respecto a las producidas actualmente con queroseno convencional.
Acuerdo con aerolíneas
Cepsa ha alcanzado un acuerdo con las aerolíneas a las que sirve el combustible en Sevilla (Iberia, Iberia Express, Air Nostrum, Vueling y Binter) para cubrir el sobrecoste que supone actualmente la utilización de los combustibles sostenibles de aviación, una pieza indispensable para acelerar la descarbonización del transporte aéreo.
Actualmente, el SAF, hasta que se desarrolle la producción, es un producto cuya oferta en el mercado es muy inferior a la demanda, lo que hace que el precio pueda superar en hasta 5 veces al combustible fósil tradicional.
Recientemente, Cepsa ha comenzado a producir biocombustibles avanzados en el Parque Energético ‘La Rábida’ (Huelva) y ha fabricado SAF suficiente para comenzar a suministrar a algunos de sus clientes. El SAF suministrado por Cepsa cuenta con un 5% de contenido bio.
El acuerdo alcanzado se enmarca en el conjunto de medidas Fit for 55 de la Comisión Europea, que incluye la iniciativa legislativa 'RefuelEU Aviation', cuyo objetivo es impulsar los biocombustibles de aviación en la Unión Europea, alcanzando un uso del 2% en 2025, del 5% en 2030 y del 63% en 2050.
La alianza forma parte de la nueva estrategia de Cepsa, presentada este mismo año, cuyos compromisos Positive Motion buscan descarbonizar los clientes industriales, así como el transporte marítimo y aéreo e incluso el de su propia actividad, para lo que ha realizado una apuesta por la producción de hidrógeno renovable y biocombustibles.
Cepsa prevé ser el productor líder de biocombustibles para 2030, produciendo 2,5 millones de toneladas anuales, centrándose en la sostenibilidad del tráfico aéreo produciendo 800.000 toneladas de SAF al año. También para 2030, Cepsa se ha propuesto reducir sus emisiones de sus instalaciones en un 55% respecto a 2019, y apenas dos décadas después, ninguna de ellas tendrá huella alguna.
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