No ha podido aguantar la Comisión de Expertos y/o el Gobierno a que se haga público el informe para filtrarlo antes. Felicito a los compañeros que lo han conseguido antes (El País y Agencia EFE) de que supuestamente lo reciba el ministro Álvaro Nadal, que previsiblemente estará contento con el documento que ha salido de los expertos.
No es de extrañar. Teniendo en cuenta que la Comisión de Expertos nació de sus manos, era bastante previsible que el informe fuera parecido a las tesis del Gobierno. Mucha gente del sector no se fíaba. Colocó Nadal a más gente cercana que nadie y eso que eran supuestamente independientes. Pero claro cuando uno de los miembros es el director de Operaciones de Red Eléctrica, controlada por el Gobierno, y otro Ignacio Grangel, mano derecha de Alberto Nadal y artífice de la reforma eléctrica de 2013, pues tiene todo más o menos bien atado.
La información que se ha dado sobre el informe muestra que es bastante amplio y está bien documentado. Pero cualquiera diría que lo ha escrito el propio ministro Nadal y no los 14 miembros 'independientes' de la Comisión.
Tiene un sesgo claramente eléctrico y económico-financiero. Lo que le gusta al ministro. Las cuentas. El escenario para lograr los objetivos de 2030 lo deja claro: mantenemos carbón y nuclear y en cuanto a despliegue de renovables lo justito para cumplir, aunque es bastante real, todo hay que decirlo.
Solo hay un pero. Inyectar 43 GW de fotovoltaica de aquí a 2030, es decir, en solo 12 años es mucho. 3,5 GW cada año. ¿Posible hacerlo? Sí, pero habría que ver si consiguen ser rentables los últimos 15 GW que se instalen, con un precio del pool que sería bastante más barato con 30 GW más de fotovoltaica y otros muchos de otras tecnologías limpias.
La sobrecapacidad del sistema sería de tal calibre que habría que tomar la decisión en la próxima década de qué hacer con lo que sobra. El carbón y las centrales nucleares. Los expertos creen que las interconexiones son fundamentales así España se convertiría en un gran exportador de electricidad. Para mi gusto, se da demasiada vida al carbón hasta 2030 y más cuando el principal cambio, o al menos el más importante para mí, es el fiscal.
Los expertos pretenden cambiar cromos con Montoro. Te quito el impuesto a la electricidad, a la generación (7%) y buena parte de los peajes que no tienen que ver con el suministro eléctrico, a cambio de un nuevo impuesto al carbono y a los combustibles que harían cambiar bastante el panorama.
Aquellas industrias más contaminantes se las verían y desearían para subsistir en España, y los vehículos de diésel también. Existe tecnología para reducir fuertemente las emisiones, pero tiene un coste. Lo que se desconoce es si sale rentable quedarse uno como está o llevarla a cabo porque luego lo crujen a impuestos. Tendría que hacer sus cálculos la gran industria. Algo parecido sucedería con las térmicas de carbón. ¿Será rentable con el nuevo impuesto? Todo indica que no. Por eso lo de la fecha de 2030 no sé si tiene mucho sentido.
Como decía el capítulo fiscal es lo más llamativo. Es un cambio brusco del actual sistema. La propuesta sería bien acogida en Energía. Ahora falta saber si Hacienda querría lo mismo. El beneficio es claro para los consumidores, sobre todo para el gran consumidor, que es también la gran industria y vería compensadas sus pérdidas por el impuesto al carbono con una reducción de la tarifa eléctrica que rondaría el 7%. Por cierto, la subasta de capacidad es fundamental. Solo ver los resultados que está obteniendo Reino Unido con ello, se le ponen a uno los pelos de punta.
Cabe señalar que el informe de los expertos está realizado bajo unas premisas bastante conservadoras. Se limita, que no es poco, a decir lo que se puede o no hacer de cara a 2030, pero claro, tampoco sabe España qué es lo que tiene que hacer de cara a ese año. En Bruselas siguen negociando las partes para ver cómo queda finalmente el Paquete de Invierno.
Es bastante comedido el informe. Muy bien elaborado, pero no se moja mucho. No hay un gramo de riesgo en todo ello. ¿Por qué? Porque dentro de la Comisión existieron diferencias entre sus miembros. Normal por otra parte, pero al final ha salido un documento de mínimos y a lo mejor se esperaba otra cosa.
También hay que tener en cuenta que el Gobierno lo único que les ha facilitado es una sala y unas botellitas de agua. Cero euros de presupuesto y el tiempo más que justito. Solo unos seis meses para elaborar este informe. Otras firmas han tardado años en hacer algo parecido. Y encima se han quedado sin voz ni voto muchos otros actores que podían haber participado.
Y ahora, ¿qué?
Esta es la gran pregunta. El ministro Nadal recibe este lunes el documento de manos del presidente de la Comisión, Jorge Sanz. Supuestamente se hará público para que lo podamos ver todos, incluso las opiniones de los miembros que están en contra de algunas de las propuestas. Tres de ellos se abstuvieron del informe final.
El documento no va a Misa. Solo se trata de una base para que se sepa que España está bien posicionada para llevar a cabo la transición energética. Que España puede alcanzar sin grandes miramientos los objetivos a 2030 (dependiendo de lo que resulte finalmente de Bruselas). Que corre más prisa cerrar el carbón que la nuclear. Que a partir de ahora quién contamina, paga. Que se puede hacer una transición sin tener que cargarlo todo los consumidores. Y que previsiblemente, se podría hacer algo más.
Ahora la pelota está en el tejado del Gobierno. Tiene que elaborar la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Ver si este documento ha valido para algo o no. Y luego obtener el consenso por parte del resto de partidos para conseguir una normativa que encamine a España hacia esa soñada transición energética. En el camino de la Ley ya les digo yo que no va a ser un camino de rosas. Las diferencias entre los grandes partidos son notables. Otra cosa es que los expertos hayan alcanzado un acuerdo de mínimos, pero no es la opinión de los partidos. Eso se verá más adelante cuando se conozca el borrador de la Ley. Una normativa que se encarga de ella la ministra Tejerina, aunque Nadal está ojo avizor a lo que salga del texto. Ahora, es cuendo vienen las curvas de verdad. Quo vadis, España
Un análisis-opinión de Ramón Roca, director de El Periódico de la Energía.
Manuel Garcia (@TURBOMOTOR2000)
02/04/2018