El bordillo es una propiedad urbana cada vez más controvertida en muchas ciudades. El aumento de los servicios de transporte y el crecimiento en la entrega de bienes urbanos son un desafío a la forma en que las ciudades manejan el espacio de la acera.
¿Cómo deberían las ciudades gestionar la creciente competencia para acceder a la acera? Un nuevo estudio realizado por el International Transport Forum (ITF) analiza la posibilidad de un cambio en el uso de la acera centrado en el estacionamiento en la calle.
El estacionamiento de vehículos privados en la acera en núcleos urbanos densos se está convirtiendo en una forma cada vez menos sostenible de usar ese recurso público. Se necesitan nuevos enfoques para hacer frente a una creciente diversidad de usos de acera que están surgiendo en todo el mundo.
Zonas de recogida y devolución
Una asignación más flexible podría incluir zonas de recogida y entrega para pasajeros y carga. Dar más espacio para los servicios en la acera inicialmente tendrá impactos mixtos que las ciudades deben manejar. Con el tiempo, sin embargo, una mayor diversidad de opciones de transporte debería, en la mayoría de los casos, disminuir la presión derivada del uso de un solo automóvil, según el estudio.
Basándose en el modelado computarizado de escenarios de uso alternativo, el estudio encuentra que con el espacio de acera gestionado activamente, el servicio de transporte y el uso del transporte público pueden crecer uno junto al otro y que la presión sobre el tráfico podría disminuir a medida que aumenta el porcentaje de viajes compartidos.
Sin embargo, el conocimiento de la acera es generalmente pobre. Las ciudades carecen de métricas y datos sobre el uso de la acera, lo que limita su capacidad de evaluar a qué usos se debe asignar mejor el espacio donde se disputa la acera entre los diferentes usuarios.
Impacto de los ingresos
“Muchas ciudades corren el riesgo de abordar estos puntos de acceso de manera fragmentada”, dijo Philippe Crist, experto en movilidad de la ITF y autor principal del estudio, durante la inauguración de la Cumbre de ministros de transporte de 2018 en Leipzig, Alemania. “Los cambios en curso requerirán un enfoque cada vez más estratégico hacia la asignación del espacio público en las ciudades, en sus calles y, en última instancia, en la acera”.
Entre otras recomendaciones, el estudio alienta a las ciudades a:
- Repensar las calles y sus bordillos como espacios flexibles y autoajustables.
- Administrar el espacio de acera de forma dinámica para que se adapte a diferentes usos y usuarios.
- Establecer un seguimiento y monitoreo efectivos de la actividad general de transporte.
- Establecer un sistema de designaciones de calles basado en su propósito principal.
- Anticiparse a los impactos en los ingresos derivados de cambiar el uso de la acera lejos del estacionamiento.