Política energética

Cómo sustituir la potencia de las centrales de carbón y nuclear que se cierren: ¿subasta o en manos de las grandes eléctricas?, ésa es la cuestión

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Con la transición energética ha empezado la cuenta atrás para el cierre de las centrales térmicas de carbón y las nucleares en España. En total, se clausurarán unas veinte instalaciones que suman 17.121 MW de potencia instalada, de los cuales 10.004 MW corresponden a centrales térmicas de carbón, y 7.117 MW de nucleares. Ahora toca resolver qué se va a hacer con todos esos megavatios que se liberen y los acceso de conexión de esas instalaciones.

Por un lado está la propuesta del Gobierno y de las eléctricas, actuales titulares de las centrales nucleares y de carbón, de intercambiar esa capacidad de acceso a la red para su uso en el desarrollo de nuevas instalaciones de renovables, y por otro está la CNMC y las empresas renovables que consideran que debe sacarse a subasta la capacidad de acceso a la red eléctrica que quede disponible por el cierre de esas instalaciones.

"Las nueva reglas que vienen de la Unión Europea (los códigos técnicos de red) dicen que se crearán nuevos cupos o nueva disponibilidad, por lo que lo suyo es que se subasten", señalan fuentes del sector renovable, "pero ¿cómo se subastarían? ¿al mejor postor? No se ha hecho nunca una subasta así en España y tampoco hay modelos a seguir en nuestros países vecinos. Pero no tiene sentido que se los quedaran las empresas que han cerrado sus centrales".

En esa tesis está la CNMC, que en su última circular dice que cuando se libere un nudo, es decir, cuando se cierre una central de carbón o una nuclear, se debe subastar la capacidad de acceso a la red eléctrica que quede disponible por el cierre de instalaciones de producción de potencia instalada superior a 200 megavatios (MW).

Incluso propone cómo se debe hacer: El proceso de adjudicación se realizará mediante subasta de sobre cerrado con sistema marginal, en el que se ofertará, para una determinada potencia instalada y tecnología, el importe en euros por MW que está dispuesto a ofrecer el solicitante.

Una resolución que según fuentes de las eléctricas, "ha enfadado a la ministra Teresa Ribera porque su intención es que sean las propietarias de las centrales que se vayan a cerrar las que se encarguen de sustituir una tecnología por nuevos proyectos renovables en la zona".

"Es cierto que la conexión hasta ahora se ha hecho mediante una concesión pública pero también es un negocio que, en la mayoría de los casos, sirve para dar luz a toda una región", explican fuentes de las eléctricas "y en cuanto queden libres, las propietarias ya han planteado proyectos en firme que puedan sustituir esa generación por otra, algo muy positivo no solo porque evitaría la especulación sino también porque de no ser así, se retrasaría la recuperación económica de la zona donde se va a cerrar una central".

Por ejemplo, en la central térmica de Andorra (Teruel), Endesa tiene previstos varios proyectos eólicos y fotovoltaicos que en menos de año y medio estarían en funcionamiento, lo que daría continuidad al empleo y generarían riqueza en la zona. No es la única. Iberdrola, Naturgy, EDP y Viesgo también tienen en cartera centrales que tendrán que cerrar en los próximos años.

"Las subastas parecen el sistema más justo pero se pueden convertir en un negocio especulativo, hay empresas que podrían pujar para hacerse con la concesión y con los megavatios y luego esperar a venderlo al mejor postor", continúan las fuentes, "lo que produciría un retraso en la construcción de nuevas instalaciones, y como consecuencia directa, retrasaría el cumplimiento del PNIEC".

Subastas públicas o continuidad, ésa es la cuestión pero ¿quién tiene la última palabra? "Decidirá el gobierno porque es una cuestión de política energética pese a que la CNMC tiene ahora más competencias", afirman fuentes del sector renovable, "y aunque a nosotros nos parecería más justo que se sacaran a subasta, pensándolo bien casi todas esas centrales no están en buenas ubicaciones para la construcción de parques eólicos y muchas de ellas ni siquiera para la fotovoltaica. No hay que olvidar que las térmicas de carbón suelen estar en zonas bajas rodeadas de montañas, como es el caso de las asturianas o las leonesas, y además al estar en el norte de España, tampoco son óptimas para la fotovoltaica".

"Además, venimos de un modelo de grandes centrales eléctricas con una necesidad de mucha mano de obra a un modelo de pequeñas plantas desperdigadas por el territorio, que necesita poca mano de obra pero muy cualificada", continúan las fuentes, "y aunque no es políticamente correcto decirlo, la realidad es que es muy difícil recuperar ese empleo que se va a perder con el cierre de las centrales de carbón y las nucleares en esas zonas. Es casi imposible y puede verse como una tragedia sino se buscan otras alternativas".

Tampoco se visualiza una buena alternativa a las nucleares de Cataluña. "La sociedad catalana en general no está muy a favor de tener cerca grandes instalaciones renovables y dependemos mucho de la generación de las centrales de Vandellós y Ascó", explican a este diario fuentes de la Generalitat, "y aunque tenemos ciclos combinados, la preocupación es buscar una solución para el empleo y la riqueza económica de las zonas de ambas nucleares una vez que se cierren".

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Un comentario

  • JELorenzo

    21/06/2019

    Reemplazar 17GW reales por renovables equivale a construir 60-90GW de renovables y unos 12 GW de gas en previsión de la intermitencia. A no ser que alguien me diga como podemos almacenar 2TWh para paliar la intermitencia. Y tirar cientos de Kms de cable para interconectar todas las nuevas estaciones.

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