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Estamos ya inmersos en plena transición energética. Nuestro país se ha marcado unos ambiciosos objetivos nacionales para la descarbonización a través de diferentes instrumentos normativos, algunos ya vigentes, como el llamado PNIEC , que establece un objetivo del 74% de generación energética con renovables en 2030, o la Ley de Cambio Climático aprobada por el Congreso en mayo de 2021; y otros en ciernes, como el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE) actualmente en tramitación parlamentaria y que también busca la electrificación de la economía bajo el principio de quien contamina paga. Un impulso hacia la descarbonización apoyado además por ambiciosas subastas lanzadas desde el Ejecutivo Central para acelerar la producción energética con tecnologías renovables.

También desde Europa las renovables están llamadas a jugar un papel clave desde este momento. Así lo establece el Pacto Verde Europeo y reciente Paquete Fit for 55 presentado por la Comisión para la reducción del 55% de las emisiones en 2030 en el territorio comunitario. Un papel crucial, el de las renovables, más evidenciado que nunca además por el continuo encarecimiento de los precios de la energía ocasionado por las fuentes de energía fósiles, como son el gas y el petróleo.

Se abre con todo esto un escenario de oportunidad de negocio para las compañías de energías renovables, donde los esfuerzos por la visibilidad y la diferenciación son cada vez más apreciables en el sector. Nunca antes las compañías del sector habían ocupado tanto espacio informativo en los medios, y nunca antes los medios habían puesto tanto foco en los actores que participan en el nuevo escenario energético de nuestro país.

Nuevas voces y nuevas marcas en renovables empiezan a consolidarse en el panorama mediático, en donde grandes compañías históricas comparten protagonismo y relato empresarial con empresas de menor tamaño y trayectoria aunque con una gran capacidad para generar expectativas en el mercado.

La comunicación se está convirtiendo en un instrumento de altísimo valor estratégico en este nuevo mercado para el fortalecimiento del negocio y la construcción de reputación
Juan Gabriel Corral

Hay en juego muchos intereses de negocio y una buena proyección estratégica puede suponer un verdadero acelerador para el crecimiento. Hablamos de un mercado donde concurren diferentes modelos a la hora de hacer negocio energético.

Más allá del mercado mayorista centralizado, se consolidan también en el ámbito del B2B los contratos bilaterales o PPA, comercialización de soluciones para el autoconsumo industrial, desarrollo, promoción y comercialización de parques, acuerdos de operación y mantenimiento, proyectos llave en mano o EPC, etc.

A lo que se suma la batalla por la captación del consumidor final, ya sean empresas o particulares, cuando la actividad de la compañía abarca toda la cadena, desde la producción energética hasta la comercialización de electricidad. Así, la comunicación se está convirtiendo en un instrumento de altísimo valor estratégico en este nuevo mercado para el fortalecimiento del negocio y la construcción de reputación.

Por otra parte, el mapa de stakeholders se amplía y la generación de expectativas y rendición de cuentas ante los mismos requieren de estrategias cade vez mejor articuladas por parte de las compañías.

La aceptabilidad local frente a la resistencia manifestada por parte de colectivos sociales y plataformas, beligerantes con los grandes parques de renovables en los territorios y en defensa de un modelo supuestamente más participativo; la capacidad de generar atractivo inversor y confianza en los mercados financieros para acometer nuevos proyectos empresariales; generación de atractivo también ante el talento para posicionarse como un buen espacio de desarrollo profesional; la confiabilidad entre las administraciones públicas locales de los territorios donde se desarrollan los proyectos energéticos; la atracción de nuevo negocio ante clientes potenciales, ya sean empresas o industrias que optan por un consumo energético cada vez más sostenible y descarbonizado; generación de confianza y credibilidad entre los accionistas, etc.

Se trata de públicos de interés sobre los que generar percepciones positivas y provocar juicios de opinión favorables a los intereses del negocio a partir de hechos, conocimiento y relatos corporativos atractivos.

Si la renovables serán las protagonistas indiscutibles del mix energético del futuro, la comunicación formará parte del mix de herramientas estratégicas para el futuro de estas compañías.

Juan Gabriel Corral es director de Comunicación Corporativa y Asuntos Públicos, y socio de evercom.

2 comentarios

  • Ricardo Pérez

    11/07/2022

    Veo muy difícil que se haga algo en materia energética renovable, saben... lo de la "transición" tiene mucho tiempo disque sucediendo, pero bueno, la realidad es otra, se sabe de sobra que el presidente tiene intereses en las comisiones que defiende, por algo son intocables. Hasta que el gobierno vea por el medio ambiente y el bienestar de la población, no se podrá hacer nada, empresas como IENOVA o Sempra Infraestructura tienen opciones de proyectos ecológicos que no tienen el apoyo que deberían y es una pena, porque producen energías renovables que no contaminan como la industria antaña que apoya el señor presidente que vive en los sesentas.
  • María Guevara

    11/07/2022

    Los objetivos ambientales que nos hemos propuesto con facilidad los lograríamos si se le diera apoyo a empresas como Sempra Infraestructura que tienen gran potencial en la producción de energías limpias.

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