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Estamos en el comienzo de una revolución del sector energético que está impulsada por la convergencia de varias tecnologías clave, a saber, fotovoltaica, eólica y baterías de ion-litio, cuyos costes han ido evolucionando de manera consistente y predecible en los últimos años, como se puede ver en la tabla de evolución de costes de las distintas tecnologías.

La combinación de energía solar, eólica y baterías para obtener electricidad 100% renovable es tanto física como económicamente viable. En el 2030 ofrecerá la electricidad más barata en la mayoría de los sitios del mundo, que será gestionable todas las horas de todos los días del año.

No tiene sentido invertir en centrales de carbón, gas y nucleares ya que quedarán fuera del mercado en la década de 2020. La transición al Vehículo Eléctrico (VE) provocará una gran caída de la demanda de petróleo y marcará el fin de la “era del petróleo”, asimismo las bombas de calor basadas en aerotermia/geotermia sustituirán a las calderas de combustión tradicional (carbón, gas, gasóleo o pellets), y a las calderas de condensación o eléctricas. Quedarán por electrificar algunos procesos industriales de intenso calor, movilidad aérea y marítima de largos recorridos, que podrían realizarse con Hidrógeno o Amoniaco verdes, generados por electrolisis.

El nuevo sistema producirá mayor cantidad de energía eléctrica, que estará disponible con un coste marginal casi cero, durante gran parte del año. Lo que pasó en el mundo de la información con Internet, está a punto de suceder en el mundo de la energía: De la revolución de los bits a la revolución de los electrones.

En el 2020 se ha creado tanto a nivel europeo como español una “fiebre del Hidrógeno”, espoleado por las grandes empresas de combustibles fósiles tanto petroleras como gasísticas. Creo que hay una gran necesidad de hidrógeno verde (mercado de 117.490 M$ en 2019) que sustituiría al actual procedente del proceso de reformado del gas natural. Incluso creo que el hidrógeno tiene grandes nichos de mercado en procesos industriales como la producción de acero bajo en carbono, pero NO CREO en el uso del hidrógeno en las áreas donde no funcionará: no creo en el hidrógeno como almacenamiento de energía, ni su mezcla en los gaseoductos actuales de gas natural, ni como un vector de energía para comerciar entre países, ni, por supuesto en el sector de la movilidad terrestre: Los vehículos serán eléctricos a batería.

Una forma de implementar la revolución energética es mediante una Comunidad Energética Local (CEL), que aporta beneficios sociales, económicos, políticos y ambientales

Una CEL es una organización que crea un nuevo modo de generar, consumir y gestionar la energía eléctrica a nivel local, con la cooperación entre los distintos agentes implicados (ciudadanía, administración local y empresas), contribuyendo a crear un sistema energético descentralizado, justo, eficiente y colaborativo, ya que se basa en la participación activa de los propios usuarios (prosumidores).

Llamo SEBA a una “Comunidad Energética Local 100% renovable” basada en Sol, Eólica, Baterías y Amoniaco.

La dimensión de cuánta fotovoltaica, eólica y baterías se necesita, depende de la ubicación geográfica del pueblo y de los recursos solares y eólicos que disponga: No es igual un pueblo de Galicia con pocas horas solares y mucho viento que un pueblo de Jaén. Lo realmente importante es obtener independencia energética 100% renovable todas las horas de todos los días del año.

La creación de SEBA implica la generación de electricidad que sobra la mayoría de los días del año, y ahí entra la fábrica de amoniaco verde (NH3) que se puede generar a partir de electricidad, agua y aire, y usaría la energía eléctrica sobrante de la comunidad SEBA. En el proceso de creación de amoniaco, el hidrógeno se obtiene mediante electrolisis con electricidad y agua y el nitrógeno se obtiene del aire.

El mercado actual del amoniaco es muy importante y se usa principalmente (80%) en la creación de fertilizantes imprescindibles para asegurar la gran cantidad de alimentos que consumimos tanto nosotros como el ganado. Otros usos del amoniaco son en las industrias farmacéutica, refrigeración, explosivos, celulosa, plásticos, etc. Actualmente el amoniaco se genera a partir del gas natural mediante el proceso de reformado de vapor, que es un sistema contaminante ya que emite CO2.

La Comunidad SEBA permite que un pueblo y cada uno de sus ciudadanos pueda generar y consumir toda la energía que necesita mediante un sistema distribuido y colaborativo, además de crear una industria local de amoniaco que crea ingresos que se generan y permanecen en la comunidad local. La creación de valor tanto para los ciudadanos como para el pueblo son indudables.

¿Algún pueblo se atreve y se apunta?

Juan González de la Cámara fue fundador de Axesor y Papyre y ahora ha creado una comunidad energética local.

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2 comentarios

  • Antonio

    31/01/2021

    Sr. González de la Cámara: tienes mas razón que un santo, ahora solo falta poner de acuerdo a digamos...veinte
    personas, difícil tarea, mas teniendo en cuenta la complicación del tema. De todas formas tu planteamiento ocurrirá SI o SI, y a no tardar.
  • Antonio

    17/02/2021

    Interesante artículo. Me interesaría saber más para estudiar la viabilidad en mi pueblo.

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