Guyana, uno de los países más pobres de Latinoamérica, se ha convertido recientemente en uno de los puntos calientes de la industria del petroleo y del gas a nivel global. Con una población que no supera el millón de habitantes, y con un PIB de entorno a los 3.000 millones de dólares en 2015, este pequeño país a las orillas del Océano Atlántico no era más que una antigua colonia británica sin apenas recursos.
Sin embargo, en ese mismo año, ExxonMobil descubrió que en las costas de Guyana habían bajo tierra más de 11.000 millones de barriles de crudo. Considerado el mayor hallazgo petrolero del siglo XXI, el bloque Stabroek ha convertido al país en uno de los principales petroestado a nivel global.
Actualmente, el país produce aproximadamente 900.000 barriles de petróleo al día y se espera que esta cifra supere el nivel de los 1,3 millones de barriles para el 2027, lo que le convertiría en el mayor productor de petróleo per cápita.
Entre los años 2019 y 2022, el PIB per cápita se triplicó, alcanzando un crecimiento en el 2024 del 44%. Este crecimiento sin precedentes ha convertido a Guyana en el estado con el crecimiento económico más abultado a nivel global.
Los desarrolladores
Los “culpables” de este desarrollo tienen nombre propio, a saber: ExxonMobil y sus socios, Chevron y la petrolera china CNOOC. Estos tres gigantes controlan el Bloque Stabroek, y hasta el momento han invertido más de 500.000 millones de dólares en el desarrollo de diferentes plataformas offshore. ExxonMobil lidera el consorcio con el 45% del proyecto, seguido de Chevron con un 30% tras adquirir recientemente Hess, y CNOOC que posee el 25% restante.
Gracias a la alta calidad del crudo y a la tecnología aplicada que hace que la extracción sea más eficiente en cuanto a costes, se estima que el precio de equilibrio se encuentra a tan solo 30 dólares el barril, lo que incluso en escenarios de precios bajos el trabajo en Guyana seguiría siendo rentable.
El enorme auge económico de Guyana ha hecho que el país salte a la escena geopolítica como un activo especialmente valioso. Estados Unidos ve cómo el nuevo petroestado puede ser una buena baza para contrarrestar los intereses de Venezuela y China en la región. Esta última, a través de la petrolera CNOOC, y Caracas envuelta en una disputa territorial por quedarse con parte del yacimiento petrolero, son las protagonistas de una lucha sin cesar por ver quien se queda con el trozo de pastel más grande.
Lo que antes fue un rincón olvidado del planeta, ahora se ha convertido en el epicentro de choques de intereses entre alguno de los estados más importantes del planeta.
¿Cómo mejorar el PIB per cápita del país?
Aunque parezca todo de color de rosas, la explosión económica en Guyana presenta ciertas preguntas incómodas. Como bien es sabido, Exxon no paga ningún tipo de impuestos en Guyana. Aportando solo el 2% en regalías y repartiendo el 50% de las ganancias con el gobierno, las arcas públicas del país obtienen aproximadamente la cuarta parte del valor de barril de petróleo producido.
Teniendo en cuenta que hace unos años más del 40% de la población vivía con 5,50 dólares al día, muchos críticos advierten de que el dinero que llegue al país no fluye hasta los estratos sociales más bajos. El miedo a que se repita la conocida como “maldición de los recursos” hace pensar que probablemente las cifras crecientes que presenta el PIB no se materialicen en la reducción de la pobreza en la zona.
Otra de las cuestiones a destacar es el dilema medioambiental. Con sus frondosos bosques y su basta biodiversidad, Guyana se describe a menudo como uno de los tesoros naturales más importantes del mundo, algo que queda eclipsado por las plataformas petrolíferas y buques que diariamente navegan sus costas.
Los nuevos colonos
Adicionalmente, hay que puntualizar que el 90% de la población vive a pocos metros sobre el nivel del mar, sufriendo ya fuertes inundaciones que en algunos casos duplican el promedio mundial. Algunos expertos advierten que la capital, Georgetown, podría acabar bajo el agua para el año 2030 si el cambio climático sigue su curso.
Mientras tanto, ExxonMobil apuesta por una estrategia de explotación de petróleo sin límites para Guyana. Esta idea se soportar en el crecimiento constante de la demanda por los combustibles fósiles que será atendida por nuevos descubrimientos como el de Guyana.
Para los estudiosos de la historia en la zona esta situación debe de resultarle familiar. Lo que antes eran colonos en busca de azúcar y oro, hoy son grandes corporaciones en busca de petróleo. Mientras unos se llenan los bolsillos, la población de Guyana debe de asumir todos los riesgos sociales y ambientales en la zona.
Si bien es cierto que tienen una oportunidad de oro para hacer crecer económicamente al país y diversificar riqueza, este nuevo “boom” económico puede quedarse en otro capítulo más de explotación, esta vez teniendo como protagonistas a las multinacionales petroleras.






Roberto
02/09/2025