Hay un sector económico que es más que esencial. Este domingo, el Gobierno ha aprobado otra medida para hacer frente a la trágica guerra contra la COVID-19. Se trata de paralizar todas las profesiones o actividades económicas que no son esenciales, pero esos trabajadores podrán recibir un permiso retribuido así como devolver las horas que no se han trabajado en un futuro cuando esta pesadilla acabe.
Son muchas y variadas las actividades que son esenciales en un momento crítico como éste. Pero si hay un sector que está por encima de todo, ese es el sector energético. Sin energía, de cualquier tipo, eléctrica, gas, derivados del petróleo, combustibles, etc, no se podría afrontar esta batalla.
¿Se imaginan no tener suministro eléctrico? Pare de leer. Piénselo. Ahora mismo no podría ni leerme. Algo tan poco vital como leer un periódico digital. Pues trasládelo ahora a un hospital, a las empresas que están trabajando para producir material sanitario, al transporte de esos materiales que proceden de distintos puntos del planeta, y así toda actividad que se le pueda venir a la cabeza. Todo pasa por utilizar energía.
La gente está más que acostumbrada de cuando llega a su casa, enciende la luz, abre la nevera y se pone a ver algo en la tv. Es normal. Lo que no suele tener en cuenta es que la energía es más que esencial para el normal desarrollo de nuestras vidas, y más en tiempos de economía de guerra como la actual.
Desde la generación a la demanda, desde la distribución hasta el transporte de energía, y como no, el papel de los operadores de los sistemas que hacen posible que tengamos energía suficiente y no suframos falta de suministro. Y todo esto, 24 horas siete días a la semana. Sin parar. Si no es uno es otro, y si no el de más allá. Nunca falta. O al menos eso es lo normal.
Ahora, con una crisis social y económica como la actual, este suministro energético gana mayor importancia, aunque muchos de nosotros no se la demos.
Son decenas de miles de personas las que trabajan a diario para que todo esto sea realidad. Trabajadores en todas las centrales de generación: centrales nucleares, parques eólicos, plantas de cogeneración, centrales hidráulicas, parques fotovoltaicos, ciclos combinados de gas, centrales térmicas de carbón, etc. Todos ellos a disposición de todo un país.
También están los 'gasolineros', los que trabajan en las refinerías de petróleo, en las empresas gasísticas, de servicios energéticos, comercializadoras, distribuidoras de luz y gas, los transportistas de productos derivados de petróleo, gas y electricidad, son muchos y todos ellos son vitales. Son muchas empresas que prestan un servicio básico. Y a todos ellos tienes que sumar todas las empresas proveedoras que se suman por miles.
Las empresas llevan desde el minuto 1 de este estado de alarma en plena comunicación con el Gobierno, con la vicepresidenta cuarta Teresa Ribera, para garantizar el suministro energético de todo el país tal y como reza el artículo 17 del RD de estado de alarma. Y lo han llevado a cabo sin discusión alguna porque es su labor y además no ha tenido que ser intervenido para nada porque no hace falta.
Todas se han preparado para evitar el contagio y seguir funcionando sin problemas. Y en una situación tan crítica como ésta, no es complicado que hubiese algún fallo. Fuerte caída de la demanda eléctrica, parón económico, etc. Es el cóctel perfecto para que se venga abajo todo. Se está viviendo una situación sin comparación alguna y la respuesta no puede ser mejor.
Su labor ahí está, y debe ser reconocida por todos. Gracias.
Turbomotor2000
30/03/2020