El 'country manager' de BYD para España y Portugal, Alberto de Aza, ha afirmado estar "sorprendido" por la decisión que tomó el pasado domingo el consejero delegado (CEO) de Stellantis, Carlos Tavares, de dimitir al frente del fabricante de automóviles, aunque ha señalado en una entrevista con Europa Press que el grupo automovilístico "está pasando por un momento tremendamente complicado".
"Quizás ha entendido (Carlos Tavares) que Stellantis necesita un golpe de timón importante", ha manifestado De Aza tras el evento de presentación del último vehículo de la marca, el Sealion 7, para añadir que la situación de crisis de la firma resultado de la fusión de la italo-estadounidense FCA con la francesa PSA "es un poco más acusada" que en el resto de fabricantes.
El que fuera exdirector general de Peugeot España --tres meses en el cargo antes de su fichaje por BYD-- entiende que el mercado automovilístico europeo "es cada vez más competitivo" y ha avanzado que las intenciones de los grupos chinos, como en su momento hicieron los fabricantes surcoreanos y japoneses, pasa por arrebatar parte de su cuota de negocio a las marcas tradicionales.
Redimensionamiento
"Será fácil que los constructores chinos se hagan con un 10% de cuota de mercado", ha aseverado el directivo, para añadir que, según sus cálculos, afectaría a unos dos millones de vehículos de producción en Europa lo que, a la larga, plantea un "problema industrial importante" para los fabricantes "históricos" europeos en materia de redimensionamiento y de infraestructuras.
En otras palabras, De Aza avanza que la llegada de las marcas chinas tendrá como consecuencia el posible cierre de hasta tres plantas europeas de producción de coches y un replanteamiento de la estructura de los concesionarios y puntos de posventa de las marcas.
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