La torre de refrigeración de 111 metros de altura de la central térmica de Anllares, la primera que cerró en España, ha sido demolida este jueves, lo que pone punto y final a una infraestructura que estuvo operativa casi 40 años en el pueblo de Páramo del Sil (León).
Como en la demolición de los anteriores elementos de la central, la torre se venía abajo sobre sí misma en apenas unos segundos.
El alcalde de Páramo del Sil, Ángel Calvo, que también trabajó en Anllares, aseguraba que, cada vez que se produce una demolición, vuelve el dolor de ver "que lo que fue ilusión ahora es escombro".
Calvo ha destacado la necesidad de que una empresa se instale en esas instalaciones que se van vaciando y que ya no tienen nada que ver con lo que eran hace un año.
El pasado año se demolió la gran chimenea de 150 metros y previamente los silos de ceniza.
La central térmica de Anllares, propiedad de Naturgy (66,6%) y Endesa (33,3%), comenzó a funcionar en 1982 y acumuló 36 años de operación tras su parada definitiva en diciembre de 2018.
Ambos propietarios adjudicaron el contrato de desmantelamiento de la instalación a la empresa vasca Lezama Demoliciones.
Los trabajos se iniciaron en julio de 2019 y cuentan con un presupuesto superior a los 8 millones de euros.
El desmantelamiento de la instalación abarca todas las instalaciones de producción y se llevará a cabo a lo largo de un periodo de unos 42 meses, habiendo finalizado ya más de la mitad de los trabajos contemplados en el propio desmantelamiento.
Con esta actividad se da empleo a unas 60 personas, que han completado casi 100.000 horas de trabajo.
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