El 92% de los usuarios considera que la liberalización eléctrica solo ha beneficiado a las grandes compañías del sector y el 42% admite pasar estrecheces para pagar el recibo de la luz, según un estudio sobre el sector presentado por la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu).
Estas estrecheces, entre las que figura por ejemplo la de tener la calefacción más baja de lo necesario, se convierten en graves en el 14% de los casos. Ceaccu calcula por tanto que algo más de 280.000 usuarios sufren carencias severas.
El 66% de los encuestados conoce además casos tanto de retrasos o impagos en el recibo de la luz con situaciones incluso de tener que pedir ayuda a familiares o amigos para hacer frente al pago de la factura.
Seis años después del inicio de la liberalización, indica el estudio, los consumidores no perciben ni una mejora en los precios ni en la información ni en la calidad del servicio, pero sí "cuantiosos beneficios para las compañías" que los propios usuarios consideran "inaceptables".
El 90% de los usuarios no cree que se pueda hablar de una verdadera libre competencia porque no hay posibilidad de cambio de distribuidora, al tiempo que el 95% entiende que el ahorro medio de un euro al mes en el cambio de comercializadora no justifica este tránsito hacia el mercado libre.
Ceaccu indica que el proceso de liberalización no ha salido "gratis", ya que en los años previos a la liberalización los consumidores españoles "han pagado a las cinco grandes compañías eléctricas alrededor de 12.000 millones de euros para compensar los supuestos perjuicios ocasionados por abrirse a la competencia".
El 92% se muestra en desacuerdo con los llamados Costes de Transición a la Competencia, mientras que el 97% rechaza que se haya reconocido un déficit de tarifa, que la asociación de consumidores califica de "deuda irreal".
Para el 92%, el proceso de formación de precios de la luz no resulta ni fiable ni transparence, mientras que el 83% considera que la factura es muy superior a lo que debe costar un servicio básico e imprescindible. El 68% de los encuestados afirma que ha aumentado el esfuerzo económico que tienen que hacer para pagar la luz.
Nuevo recibo
Sobre el nuevo recibo de la luz tras el fin de la subasta eléctrica y su sustitución por un nuevo método basado en las cotizaciones diarias, el 88% de los encuestados no tiene conocimiento de los cambios que supone.
Además, solo el 5,6% considera que es posible beneficarse de las ventas que el Gobierno anunció en su momento, entre ellas la posibilidad de ahorro, atendiendo a los cambios de cotización de la energía y modificando los hábitos en función de ello.
Por otro lado, el 90% de los encuestados considera que el aumento del peso de la parte fija de la electricidad perjudica a las familias con necesidad de ahorro.
Además, los consumidores no conocen bien el ahorro que pueden obtener disminuyendo la potencia contratada, ya que solo 3 de cada 10 consumidores saben que son 4 euros menos por recibo por cada kilovatio que se reduzca.
Las personas de mayor edad y de menor nivel socioeconómico tienen mayor desconocimiento de estos aspectos. El bono social también supone un ahorro desconocido por cerca del 90% de los entrevistados, quienes denuncian no haber recibido información adecuada sobre el mismo.
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