Un nuevo informe publicado por Kraftblock, fabricante líder mundial de almacenamiento térmico ecológico, y la consultora de tecnologías limpias DWR eco, identifica importantes beneficios del almacenamiento térmico de energía para el calor de proceso limpio, las redes eléctricas y la generación de energía renovable. La tecnología es capaz de proporcionar ahorros mensuales de entre el 30% y el 150%, dependiendo de la región, en comparación con el calor de proceso tradicional.
El almacenamiento de energía térmica es una tecnología que utiliza electricidad renovable convertida y almacenada a una temperatura de hasta 1300 °C (2500 °F). Esto la hace especialmente adecuada para industrias como la siderúrgica, la del vidrio y la química.
El calor industrial representa más de dos tercios de la demanda energética del sector, que procede principalmente de combustibles fósiles, y es responsable del 24% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía. La simple sustitución de la generación de calor a partir de combustibles fósiles por energías renovables ha resultado difícil y plantea nuevos retos sistémicos. Por ello, el análisis presenta el almacenamiento de energía térmica como una solución lista para el mercado, fácilmente escalable y rentable para afrontar el doble reto de la descarbonización y el alivio de la red.
Múltiples beneficios económicos
“El informe examina los beneficios económicos del almacenamiento térmico de energía y cómo puede ayudar a estabilizar la red eléctrica en varios mercados. Demuestra que el almacenamiento de energía térmica es la solución más barata y dos veces más eficiente que el hidrógeno para descarbonizar el calor de alta temperatura. En Alemania, por ejemplo, se puede ahorrar hasta un 30% en costes energéticos”, afirma Martin Schichtel, consejero delegado y cofundador de Kraftblock.
Al utilizar el almacenamiento para desplazar los precios negativos y bajos de la energía a los momentos en que se necesita, la industria puede ahorrar costes. Las industrias pueden utilizar el calor almacenado cuando lo necesitan, evitando los elevados picos de costes.
La falta de flexibilidad del sistema energético actual amenaza con socavar su funcionamiento y frena considerablemente el despliegue de las energías renovables. Esto también dispara los costes. Por ejemplo, el coste de la congestión de la red en Alemania asciende actualmente a casi 3.000 millones de euros. Además, las energías renovables crean un desajuste entre la oferta y la demanda, lo que provoca precios volátiles y congestión de la red.
Esta dinámica es costosa tanto para los consumidores como para los reguladores. El almacenamiento térmico de energía puede resolver estos problemas, con los consiguientes beneficios netos para todos los participantes en el mercado.
“El despliegue generalizado del almacenamiento térmico de energía no es sólo un avance tecnológico; es esencial para los sistemas energéticos y las industrias”, añade Susanne König, cofundadora de Kraftblock. “Los sistemas de almacenamiento de energía térmica tienden un puente entre las necesidades de flexibilidad energética y los requisitos industriales. A medida que cambie el panorama energético, la integración del almacenamiento de energía térmica será fundamental para crear un futuro más sostenible y eficiente, resistente y flexible para todas las partes interesadas”.
Dadas las tecnologías actuales, las tendencias del mercado y los incentivos normativos, se espera que el almacenamiento de energía térmica desempeñe un papel fundamental en esta transición y atraiga cada vez más la atención de los reguladores y los líderes del sector en los próximos años.
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