En muchas de ellas el efecto es de más actividad –al menos en esta primera fase-, como es el caso de las empresas de alimentación, papeleras, químicas, farmacéuticas… que fabrican más para que la vida pueda seguir. Otras han demostrado su flexibilidad transformando sus líneas adaptándose para fabricar productos muy alejados de su actividad habitual, y lo están logrando. De ellas salen cada día hacia los hospitales miles de mascarillas, batas y todo tipo de EPI´s y también respiradores destinados a resolver el gravísimo problema de hospitales y UCI´s.
Sin embargo, hay muchas empresas que suman miles de trabajadores que se ven abocadas a cierres preventivos, bien por posibles contagios o porque su actividad no ha entrado en esa calificación de “esenciales” y que, ahogadas por la situación, no encuentran otra salida que un ERTE, confiando en renacer en un futuro que desean no sea demasiado lejano. Aunque hay muchas, evidentemente, que ya piensen que su destino es el cierre.
En medio de todo este desolador panorama, las industrias recibieron el Real Decreto-Ley 11/2020, publicado el 31 de marzo pasado y por el que se adoptan medidas urgentes complementarias en el ámbito social y económico para hacer frente al COVID-19. Este RDL dicta medidas para sostener la actividad económica ante las dificultades transitorias consecuencia de la pandemia.
Quiero resaltar por su interés para nuestras industrias consumidoras de gas el asunto de la flexibilización de contratos de suministro de gas, que habilita a todo tipo de empresa, sin limitación de tamaño, a reducir el caudal contratado aunque no hubiesen transcurrido doce meses desde la última reducción del mismo. Así mismo, los autónomos y pymes podrán solicitar la suspensión del pago de las facturas que correspondan a periodos de facturación que contengan días integrados en el estado de alarma, incluyendo todos sus conceptos de facturación.
Una industria manufacturera en cualquier momento puede subir el caudal contratado de gas si es necesario por razones productivas, cuantas veces quiera. La restricción con la regulación actual era para la reducción de caudal que señalaba que tenían que haber pasado 12 meses desde la última reducción para realizar una nueva. Con la publicación el 31 de marzo del RDL, se permite para todo tipo de empresas sin limitación de tamaño reducir el caudal contratado. Aunque algunas industrias no habían reducido el caudal contratado durante el año pasado y podían bajarlo en el caso de ver reducido su consumo o haber parado, otras si lo había actualizado por lo que se veían atados a un contrato indefinido sin posibilidad de actualizar su caudal hasta que hubiesen pasado los 12 meses antes mencionados.
Las aludidas medidas son muy importantes económicamente ya que reducen los costes fijos de las empresas industriales manufactureras cuya actividad productiva se ha visto seriamente reducida con la consecuencia de que su consumo de gas ha descendido. Así, estas medidas suavizan en cierta manera la dureza de las consecuencias económicas que implica reducir o parar la actividad de producción de la industria manufacturera.
La industria, base de la sostenibilidad del sistema gasista
No olvidemos que la industria es la base del sistema gasista y que supone el 60% del consumo de gas nacional. Sectores como el papelero, siderúrgico, cerámico, cogeneración, químico… son actividades productivas intensivas en gas y en electricidad. Tenemos el deber de velar por la industria manufacturera como eje de estabilidad de los sistemas energéticos nacionales.
La situación es dura y complicada y el futuro está más lleno de incertidumbre que nunca, pero seamos positivos y sigamos luchando. Todos juntos formamos la fuerza de un país que sabe renacer en los momentos más difíciles. Gracias a todos por el esfuerzo, por el altruismo, por la colaboración, por la empatía con los que peor lo están pasando. Realmente hay héroes en todos los ámbitos. De este esfuerzo de cada uno depende el destino de todos.
El batir de las alas de una mariposa puede provocar un huracán en otra parte del mundo. Todos somos imprescindibles y pequeñas acciones son capaces de generar grandes cambios. Entre todos, con trabajo y esfuerzo podremos mantener el pulso al que nos está retando esta terrible crisis sanitaria y sentaremos además las bases de una rápida recuperación de la industria y del tejido industrial tocado.
Verónica Rivière es directora general de GasINDUSTRIAL
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