El Gobierno abre una nueva veda en Europa: pide a la UE romper con el Tratado de la Carta de la Energía

El Gobierno de Pedro Sánchez no para en Europa en materia energética. A la lograda excepción ibérica ha sumado el debate de la reforma del mercado eléctrico y cambiar el sistema de fijación de precios.

Pero ahora, ha dado un paso más y quiere abrir otro debate en el seno europeo, una nueva veda que cambiaría todas las reglas de juego.

Según adelanta el medio PoliticoPro y confirmado por El Periódico de la Energía, el Gobierno español ha solicitado a la Unión Europea que rompa con el Tratado de la Carta de la Energía. Es decir, que el conjunto de la UE rompa con el vehículo de protección de las inversiones extranjeras en energía en suelo europeo. Es la primera vez que un Estado Miembro solicita algo así.

Y es que el Gobierno español cree que el Tratado de la Carta de la Energía es difícil, por no decir imposible cambiarlo, para que se alinee con los objetivos climáticos del Acuerdo de París. Entonces la solución es romper del todo con él y que desaparezca, aunque no del todo.

Fuentes cercanas al Gobierno explican a El Periódico de la Energía que "hemos mostrado nuestra convicción de que no vamos a conseguir su actualización para hacerla compatible con el Acuerdo de París y que, en esas circunstancias, es mejor denunciar el tratado".

El Tratado de la Carta de la Energía ha estado en evaluación constante. Ahora acaba de terminar la decimocuarta ronda de negociaciones en la que España y algún aliado más no han conseguido el objetivo de alienar este tratado con el Acuerdo de París.

Reunión el viernes

Ahora el próximo día 24 se reunirá la Conferencia Anual del Tratado de la Carta de la Energía donde se aprobará el texto final de esta ronda de negociación para la modernización del tratado.

Y es ahí donde España expondrá su propuesta que estará basada en mantener la posibilidad de demandar a un Estado acogido al Tratado de la Carta de la Energía si así lo requiere durante los siguientes 20 años a pesar de romper con el tratado.

Es decir, España quiere mantener protección de inversiones pero dejar de apoyar y financiar los combustibles fósiles en Europa.